UNA CONFERENCIA CENTRADA EN EL USUARIO
La Conferencia Internacional del Plan Nacional de Diseño en la Bienal FADU, Diseño como agente de impacto, estuvo centrada en el usuario. Un acto de diseño. Pensada para la audiencia. Tres temas: El producto, los servicios y la publicidad. Desde la visión de tres compañías y atravesadas por una mirada académica. Tres casos en 5 minutos y el placer intelectual de las reflexiones compartidas. Emiliano Horcada, director de Diseño de Globant, Federico Codino, manager de UX de Mercado Libre y Mauro Caggiano, director de marketing de Ogilvy & Mather, sumado a la moderación de Juan Umarán, director de la unidad de negocio de Globant y mi participación desde lo disciplinar. Las excusas fueron: el desarrollo de la optimización del flujo de pago en Mercado Libre (300.00 personas por día); el desarrollo de un producto inteligente para el detergente Tide, con intervención multidiciplinar y diseño de punta a punta; el desarrollo de estrategias simultáneas en el acompañamiento de los procesos de decisión de los clientes (customer jurney). En el desarrollo quedaron muchas ideas y conceptos valiosos. En el centro de todo, el usuario, como en todo proceso de diseño: “El gusto del diseñador no importa. El desafío más grande es la subjetividad. El profesional empieza cuando entendemos que diseñamos para el otro. Sin el otro, el producto muere”. Las herramientas digitales suman información en tiempo real de sus decisiones y preferencias. Se señaló la necesidad de basar las decisiones en la evidencia cualitativa y cuantitativa que posibilitan las aplicaciones. La gran diferencia es la certeza, que en otras áreas y contextos son suposiciones o tendencias. También la conciencia de que en el mundo digital, la disponibilidad mental del usuario es más escasa. Conocer hábitos, espacios, conductas y preferencias. El objetivo prioritario es hablarle en el momento justo para lograr relevancia. Se habló de la permanente emulación del mundo físico y el aprovechamiento de las capacidades de los dispositivos. Coincidimos en ver al mundo real como referente y el lugar de construcción de la identidad de la mayoría de los objetos y productos. El momento más interesante fue el referido a la interacción entre disciplinas y al pensamiento proyectual como articulador de procesos. Se acordó que el valor agregado más importante del diseño no está en su habilidad de resolución formal, sino en su capacidad de desarrollar estrategias. Allí ubicamos el rol formativo de las carreras FADU y su interés en articular vínculos desde ese lugar con el mundo productivo, con el Estado, con otras disciplinas y con la sociedad en general. En el intercambio con el público se interrogó por el espacio laboral para nuevos diseñadores. La respuesta fue un digno final: “Hay y habrá mucho trabajo para los diseñadores, pero especialmente para los egresados de esta casa, porque tienen una mirada mucho más ancha, no centrada en herramientas o resoluciones tecnológicas específicas, sino con el foco puesto en la resolución de problemas proyectuales”.