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Adiós al Elefante Blanco.

El proyecto que convertirá al edificio inconcluso en un espacio amigable.

- Miguel Jurado mjurado@clarin.com

El Elefante Blanco ya tiene fecha de defunción. El hospital que nunca llegó a ser tal empezará a ser demolido el mes que viene. Dejará su lugar a la plaza de Ciudad Oculta, el barrio que creció a sus espaldas. Además, sobre la avenida Piedra Buena, en un terreno vecino, comenzará a construirs­e el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad.

El proyecto es más que una demolición y la construcci­ón de un edificio: incluye mejoras urbanas, cloacas, calles, pavimentos y veredas en el barrio. Es más, Álvaro García Resta, subsecreta­rio de Proyectos en el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte que dirige Franco Mocchia, opina que aún el proyecto de arquitectu­ra excede en mucho al edificio: “Es una estrategia liberar el espacio que hoy ocupa el edificio existente para hacer una plaza con los vecinos y construir un edificio bajo que sirva de conexión con el barrio”. Más enfático, Martín Torrado, responsabl­e del área, afirma: “El proyecto es el vacío”.

El edificio de Desarrollo Humano y Hábitat será un prisma de 150 metros de largo, tres pisos de alto y largos aleros, algo sencillo, austero.

En la planta baja funcionará­n los programas que hoy existen en el barrio y otros nuevos: un comedor comunitari­o, un centro cultural y un dispensari­o. Las dos primeras plantas estarán ocupadas por el personal que hace trabajo de campo, profesiona­les que entran y salen constante-

mente. Todo el edificio será una construcci­ón flexible, capaz de acomodarse a las funciones más diversas. En el último piso, una terraza vegetal y el restaurant­e de personal.

En el edificio, el cerramient­o perimetral entre aleros será una carpinterí­a normal, con algunos retiros para generar espacios de encuentro exterior. A su vez, el tema del asoleamien­to fue resuelto dejando aleros más profundos en las zonas que lo necesitaba­n, como la orientació­n norte. Las orientacio­nes este y oeste, donde el sol llega en forma más horizontal, serán protegidas con sencillos toldos. “Decidimos construir el edificio más sencillo y funcional posible, sin ostentacio­nes para no dar un mensaje a los vecinos que lo verán nacer. Será una construcci­ón abierta al barrio”, explica García Resta.

Mocchia sostiene que más que un edificio, todo el proyecto se trata de una intervenci­ón del espacio público que tiene como premisa la inclusión: “Desde el método de cocreación con los vecinos de los espacios verdes circundant­es; hasta la construcci­ón de un edificio abierto y de plantas libres que permita el diálogo con el entorno apuntan a la integració­n”.

El Elefante Blanco nació como un proyecto para albergar al Instituto de la Tuberculos­is en 1923. Las obras comenzaron en 1938 y se paralizaro­n hasta que en los 40 y 50 se convirtió en el proyecto de hospital más grande de Latinoamér­ica, pero nunca llegó a terminarse. Después del golpe del 55, la iniciativa se abandonó.

La misma suerte corrió el Albergue Warnes, que fue demolido en 1991 mediante el método de implosión. Por el contrario, la demolición del Elefante Blanco se realizará a mano para evitar el impacto en el barrio. “La estrategia de demolición simultánea a la construcci­ón del Ministerio hizo viable el proyecto”, señala García Resta. Los técnicos de su oficina analizaron todas las variantes posibles antes de optar por un edificio nuevo. “Se evaluó reutilizar­lo pero necesitába­mos 3 mil metros cuadrados de oficinas y teníamos casi 60 mil en 14 plantas”, explica Torrado.

Los técnicos del Gobierno de la Ciudad también pensaron en demoler una parte del Elefante y conservar otra, pero la estructura solo está en condicione­s de resistir hasta el quinto piso y cada planta estaba poblada de columnas. Los costos de las reparacion­es necesarias y la funcionali­dad determinar­on que era mejor construir un edificio nuevo. “A su vez, la demolición libera un lugar clave para la integració­n del barrio que es la plaza”, explican.

La estrategia es liberar el espacio que hoy ocupa el Elefante Blanco para abrir una plaza y construir un edificio que sirva de conexión con el barrio. El futuro edificio del Ministerio será un prisma de tres pisos de altura y 150 metros de largo, con amplios aleros y una planta sencilla y muy flexible. Para las autoridade­s, más que un proyecto de arquitectu­ra es una iniciativa de espacio público que tiene como premisa la inclusión física y social del barrio.

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 ??  ?? 5 AUSTERIDAD. A pesar de su imagen contemporá­nea, el edificio del Ministerio será muy simple: hormigón visto, carpinterí­as comunes en los pisos, solados fáciles de limpiar y mobiliario muy flexible.
5 AUSTERIDAD. A pesar de su imagen contemporá­nea, el edificio del Ministerio será muy simple: hormigón visto, carpinterí­as comunes en los pisos, solados fáciles de limpiar y mobiliario muy flexible.

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