UN “SILLÓPATA” QUE VIVÍA PARA EL DISEÑO
Conocí a Ricardo cuando empecé la Carrera de Especia-lización en Diseño de Mobiliario en la FADU, en plena crisis del 2001. Sabía de su trayectoria, pero esta experiencia me permitió establecer una relación personal que perduró hasta estos días. Tratar de internarse en el “Universo Blanco” implicaba vivir veinticuatro horas para y a través del diseño. Voraz diseñador, sillópata (como a él le gustaba definirse), “diseñador de diseñadores”, Ricardo fue un embajador del Diseño, pero por sobre todas las cosas de los diseñadores, a quienes siempre asesoraba y aconsejaba generosamente. En el 2003, gracias a su entusiasmo y apoyo, creamos junto a Gastón Girod (otro egresado del Dimo) Team Fierro, una cooperativa de diseño de autor. No sólo nos acercó algunos de sus diseños, que nunca habían sido producidos, sino también a grandes diseñadores como Eduardo Naso y Eduardo Simonetti. Su colaboración y compromiso fue total, una usina de propuestas que excedía nuestra modesta gestión y capacidad de producción. En el 2006 sus amigos del barrio de San Telmo, los hermanos Basile, lo convocaron para la realización de un nuevo local de antigüedades en la calle Humberto Primo. Con gran humildad propuso que desarrolláramos el trabajo juntos ya que, como le gustaba decir, “el hace rato había dejado de ser arquitecto”. Esta experiencia fue muy movilizadora para ambos; a Ricardo le permitió verificar su especial dominio de la materia y el espacio, para mí fue un aprendizaje sobre la condición humana que marcó mi carrera. Esta obra aporta un dato singular, ya que mereció una Mención Honorífica en el Premio a la mejor intervención en obras localizadas en el Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2013 SCA), tal vez uno de los únicos premios en la lista del Blanco Arquitecto. Durante los últimos años volvimos a replicar la condición Maestro-estudiante, ahora como Director de mi tesis de Doctorado. Esto nos permitió concretar una rutina de reuniones y conversaciones acerca de la arquitectura, el diseño y la enseñanza. Pido disculpas por el excesivo tono personal de la nota pero necesitaba expresar la intensidad con la que Ricardo construía sus amistades y al mismo tiempo mi homenaje y eterno agradecimiento.