Imagen renovada con integración barrial en el Distrito Tecnológico
El nuevo conjunto se conforma a partir de tres volúmenes: un nuevo edificio de tres niveles y dos naves industriales recuperadas.
Nuestro proyecto para la nueva sede del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), en el que funcionarán las carreras de Ingeniería Informática e Ingeniería Mecánica, se ubica en el Distrito Tecnológico. El concepto arquitectónico se estructura sobre la base de tres conceptos: morfología urbana e imagen, sustentabilidad y eficiencia, y patrimonio y tecnología. El proyecto se desarrolla en un lote de media manzana de 9.700 m2 sobre la calle Lavardén, entre Chutro y Los Patos, en el barrio de Parque Patricios. El conjunto de 6.700 m2 cubiertos se integra por tres edificios con características y funciones propias, más un conjunto de áreas externas.
En cuanto a su morfología urbanística y la concepción de su imagen, el proyecto busca recomponer la trama urbana en un terreno de media manzana, teniendo en cuenta que el lote aún dispone de gran capacidad para agrandarse. Por eso, en esta primera etapa la prioridad fue resolver la imagen final del conjunto.
La volumetría general está definida por diferentes parámetros de diseño bioclimático: el estudio de las orientaciones, el reúso de aguas grises, las cubiertas vegetales, los colectores solares y las envolventes fueron una búsqueda constante durante el proceso de diseño, con el fin de controlar las emisiones y la huella de carbono. Además, su solidez técnica y constructiva minimizan su mantenimiento.
La recuperación y puesta en valor de estructuras existentes fue una de las decisiones primarias que le dieron forma al conjunto. Esto se logró combinando la recuperación de dos antiguas naves en combinación con un nuevo “edificio tecnológico” de imagen solida y contemporánea pero que mantiene y revaloriza el espíritu industrial del barrio. Esta idea tomó mayor fuerza teniendo en cuenta que en este lugar, donde funcionaron durante décadas los antiguos talleres de mantenimiento del Gobierno de la Ciudad, funcionará ahora la carrera de Ingeniería Mecánica.
Por su parte, el nuevo edificio que será sede de la carrera de Ingeniería Informática se desarrolla en tres niveles sobre toda la calle Lavardén y cumple la función de unificar el conjunto, conectando los dos edificios existentes. Y cierra el predio contenido entre dos espacios verdes: por un lado los locales habitables con visuales a la futura plaza pública y, por el otro, las circulaciones del edificio con visuales al patio. Se optó por una estructura de hormigón de losas sin vigas, tendientes a lograr un edificio muy flexible, dividiendo sus áreas a través de tabiquería modular.
Refuncionalización
La decisión de poner en valor el edificio “Vieja Estación”, antiguos talleres del GCBA, permite ubicar todas las áreas de la carrera de Ingeniería Mecánica. El proyecto se basó en requerimientos funcionales, alturas interiores necesarias y la vinculación sugerida con áreas de servicios y estacionamientos.
En la planta baja del edificio existente se propone ubicar todas las áreas que componen talleres y sectores de mayor complejidad logística, maquinaria pesada y eventual movimiento de piezas. Todas estas áreas están conectadas al exterior a través de un frente móvil, corredizo y/o levadizo, con los accesos a boxes. En el entrepiso y con buenas visuales al interior de la nave, se ubican las aulas y oficinas.
Por otra parte, se decidió aprovechar íntegramente la nave mayor para ubicar allí el auditorio, ya que las grandes estructuras permiten la disposición de las áreas más públicas del programa.
La puesta en valor de estas estructuras originales (de grandes columnas y cabriadas metálicas de alto valor patrimonial) contrastadas con una estética y equipamiento moderno, pueden ser un aporte interesante al conjunto, en sintonía con el espíritu industrial y productivo del ITBA. Además, su ubicación estratégica dentro del terreno permite con gran facilidad un uso integrado o totalmente diferenciado del resto del programa institucional, para uso de actividades externas.
Se pretendió que el patio exterior funcione como una plaza interna del Instituto para lograr un máximo aprovechamiento, atrayendo todas las actividades de esparcimiento. En este gran espacio público de uso interno es donde todos (usuarios, estudiantes, profesores y visitantes), pue- den lograr el desarrollo armónico.
Una pantalla metálica micro perforada y reflejante protege los locales habitables de la radiación solar directa, con el objetivo de minimizar los recursos activos de climatización. Esta protección se da no sólo sobre las superficies vidriadas sino también sobre los paramentos. Además, al estar separado de sus cerramientos, no transmite calor por radiación y se enfría rápidamente por ser una fachada ventilada.
Materiales reflejantes cubren la superficies de la nave metálica y del nuevo edificio, reduciendo notoriamente la ganancia de calor por incidencia solar. Estos mismos criterios de cubierta reflejante y ventilada se aplican para los paramentos de la nave metálica, haciendo más eficiente los sistemas de climatización.
Por su parte, la nave de hormigón posee una cubierta donde la aislación térmica mantiene la losa protegida. Esto se logra mediante una capa de poliestireno expandido de alta densidad recubierta con cama de piedras, que permite mantener la sombra de manera continua, impidiendo el ingreso de la radiación directa y permitiendo su constante ventilación.
Las cubiertas están preparadas para recibir vegetación, tal el proyecto original. Si bien por razones de costos éstas no se están colocando, podrán ejecutarse sin problemas en el futuro. Paneles de DVH con vidrios de seguridad también aportan al uso eficiente de la energía, utilizada por los sistemas de climatización activos.
Además, un importante porcentaje de las cubiertas metálicas recolectan agua de lluvia que luego se conduce a los tanques de reúso, ubicados en las salas de máquinas y poseen desbordes naturales por encima del nivel de vereda.