JUEGO TOPOGRÁFICO CON FUERTE SESGO SUSTENTABLE
Casa Memo. La vivienda se conforma a partir de un conjunto de jardines que vinculan a todas las plantas.
Implantada en un lote en San Isidro, la casa Memo surge con la premisa de una clienta apasionada por el paisajismo y una fuerte convicción sobre la sustentabilidad. El encargo se desarrolló sobre un terreno entre medianeras, reduciendo al máximo la pérdida de espacios verdes.
“Frente a la propuesta -señalan desde el estudio BAM!-, nos propusimos construir arquitectura y paisaje en forma simultánea. Los metros cuadrados de la huella del edificio vuelven en un jardín en tres dimensiones, vinculando a través del mismo todas las plantas de arquitectura”.
El diseño morfológico nace frente la decisión de no desaprovechar metros cuadrados de suelo vegetal, por un lado, y de generar una entrada de luz mediante un patio. Frente a esta disposición, se genera un juego topográfico, mediante un sistema de rampas verdes que conectan el nivel cero con el primer piso y la cubierta, creando una continua terraza jardín.
Según los proyectistas, “teniendo en cuenta al usuario habitual y ocasional, Memo es un proyecto donde el recorrido arquitectónico juega un rol decisivo, ya que ofrece un espectáculo, no sólo una imagen fija sino una serie de imágenes que se solapan, y donde cada cuadro de la escena fue cuidadosamente pensado. Por otra parte, concebimos a la sustentabilidad del proyecto como un camino y no como una meta, tomando las normas LEED como base e incorporando la durabilidad y la economía”.
El camino de la sustentabilidad fue abordado mediante la elección de un lote sostenible, donde la propietaria se puede desenvolver a pie o en bicicleta. También se incluyó vegetación nativa en sus jardines y cubiertas, restaurando el paisaje natural y reduciendo el efluente pluvial. “Para optimizar la calidad de los espa- cios interiores -explican los autoresproyectamos el ingreso de luz natural pareja en todos los ambientes, ventilaciones cruzadas y controladas, y visuales abiertas al jardín”.
El resultado es una casa flexible, que a veces es para una sola persona y otras veces para muchas personas, con una zona publica amplia e integrada para el disfrute en familia y amigos y una zona privada con cuartos en suite que brindan independencia para sus usuarios.