CÓMO FUNCIONA EL NEGOCIO
El nivel de rápida expansión que está alcanzando We Work en Latinoamérica da cuenta de un fenómeno que no es una moda pasajera. Los espacios de coworking expresan no sólo una nueva dinámica de trabajo, sino una forma distinta de organización empresarial. En Torre Bellini, por caso, hay pantallas en todos los niveles en donde puede verse la foto de un “miembro” -como se llaman los trabajadores allí- con su nombre, su expertise y donde se lo puede ubicar. En los ascensores se promocionan distintas actividades que promueven el encuentro entre los miembros y hay charlas sobre cómo mejorar el rendimiento, optimizar los tiempos de trabajo y aprender a ofrecer un servicio. Incluso las empresas que alquilan sus espacios tienen una filosofía claramente más abierta y desprejuiciada. Hay pisos en los que una firma comparte espacios -panel de vidrio de por medio- con otra. Y hay empleados que toman sus laptops para irse a trabajar al pantry, donde otros hacen una pausa en el metegol. Estas características, entre otras, manifiestan un cambio de mentalidad. Por un lado, la aceptación de que los empleados no son propiedad de una empresa, sino que pueden intercambiar experiencias con colegas de otras firmas, aún con el riesgo de que prefieran cambiar de trabajo. Por otro lado, la concepción de la productividad ya no está asociada a la cantidad de horas delante de un monitor, sino a una creatividad sostenida por buenas dosis de confort y ocio. En We Work no se alquila una oficina, se es miembro. Y para eso ofrece distintas opciones: espacio privado personalizado, oficina privada estándar, escritorio dedicado y hot desk. El primero está recomendado para empresas de entre 50 y 500 empleados, mientras que la última es la mejor alternativa para trabajadores remotos y de tiempo parcial. Para todos los miembros existe un paquetes de servicios que incluyen gestión de correo y paquetes, materiales de oficina, limpieza, eventos profesionales y sociales, servicio de recepción y hasta cerveza artesanal de barril. La proyección en Latinoamérica es la de construir 50 sucursales más en 2018. Además, el modelo está creciendo de la mano de empresas locales que comprendieron que el cambio laboral es una tendencia consolidada.