ARQUITECTURA SANITARIA CON FUERTE IMPRONTA BIOACLIMÁTICA
Centro Médico Funes. Ubicado junto a la Ruta 9, se organiza en forma de peine rodeado de jardines. Las normas de sustentabilidad guían el proyecto.
El sostenido crecimiento poblacional de la ciudad satanfesina de Funes da por resultado una fuerte demanda de servicios, entre ellos infraestructura sanitaria.
Parte de la respuesta a esta necesidad es el nuevo Centro Médico Funes Grupo Oroño, un edificio implantado en un entorno boscoso a la vera de la Ruta 9 que permite incorporar a pacientes ambulatorios sin la necesidad de trasladar a los pacientes hasta la ciudad de Rosario.
Tipológicamente, el proyecto desarrollado por el estudio SVA tiene forma de peine, con una barra central de triple altura paralela a la ruta que posibilita el acceso a los diferentes bloques ubicados hacia el jardín. Según los autores, “las particularidades de esta edificación son numerosas: por ejemplo, los elementos constructivos del edificio se escogieron teniendo en cuenta criterios de rapidez en la ejecución y la eficiencia material para facilitar el montaje en obra, realizado íntegramente con el sistema constructivo ‘steel deck’”.
Por otra parte, los cerramientos se dividen en tres tipos: la nave central consta de una piel de vidrio con superficies traslúcidas y opacas, mientras que los cerramientos de los peines están realizados con ladrillos Retak y los cerramientos interiores y cielo rasos tendrán terminación de roca de yeso. El proyecto incluye parasoles de aluminio verticales en las fachadas hacia el oeste, termotanques solares y placas fotovoltaicas.
“Profesionales médicos y arquitectos -señalan los autores- pusimos foco en convertir a este centro médico en el primer edificio de salud bioclimático de la región. Para cumplir con esa premisa se validaron los sistemas constructivos teniendo en cuenta las normas IRAM. Estas recomiendan los coeficientes de transmitancia máxima admisibles y coeficiente volumétrico de pérdidas de la envolvente, teniendo en cuenta la ubicación bioclimática del proyecto”. Es a estos fines, el proyecto cuenta con una gran superficie de cubiertas ajardinadas con plantas resistentes.
Para profundizar el análisis, se estudió el control solar con el fin de evitar ganancias térmicas indeseadas en verano y pérdidas en invierno.
Para conocer los resultados finales se simuló el funcionamiento térmico del edificio con un software que perimite visualizar los ahorros anuales, los cuales alcanzan un 15% para la demanda de calefacción y un 20% para la demanda de refrigeración en verano. Este esquema evitará emisiones de dióxido de carbono que alcanzarían las 45 toneladas por año.
Sobre la misma parcela, y con criterios arquitectónicos similares, se ubicará un edificio de 235 m2 dedicado exclusivamente a la rehabilitación kinesiológica que incluirá consultorios privados, boxes y gimnasio.