ESPACIO DE TRABAJO ESPACIO PARA LA VIDA
En esta edición de ARQ, vamos de una punta a la otra. Las especialistas Tatiana Fernández de los Santos y Kenia Díaz Santos cuentan detalles de la recuperación de La Habana, casi a punto de cumplir sus 500 años (pág. 6); en el otro extremo, un atisbo de la inauguración de otra propuesta impactante de Jean Nouvel, el Louvre de Abu Dhabi (pág. 4) y el resultado del concurso para el Instituto Universitario de Seguridad en la Comuna 8 (pág. 10). En el medio, transcurren otros efectos de la contemporaneidad. Entre ellos, las nuevas formas de trabajo y sus nuevos escenarios....
Me acuerdo de las épocas de entregas en la facu... No había casa que resistiera un grupo de cuatro o cinco con sus respectivos amigos colaboradores. Opciones: alguien te prestaba un departamento, un galpón, o lo que fuera, para llevar los tableros; ahora, las compus. O sino, había que salir a alquilar. Después, los primeros pasos en la vida profesional. Siempre fue difícil armar un estudio u oficina propia. Tiempo atrás, publicamos una nota que contaba la experiencia del Galpón-estudio que compartían Max Zolkwer y Gustavo Nielsen entre otros colegas en Chacarita, con cancha de ping pong y metegol incluidas. Un espacio de trabajo, que no es solo para el trabajo, es para la vida. Y no es para menos. Si gastamos un tercio de nuestra existencia en dormir, también es cierto que -por lo menos en un ciclo importante- otro tanto, lo destinamos a trabajar. Qué mejor, entonces, que sea en lugares apropiados, accesibles, amables que den ganas trabajar y estar ahí. Y que además propicien la interacción y el intercambio de saberes entre “vecinos”, terreno fértil para que surjan proyectos, negocios y hasta vínculos.
El coworking institucionalizó esta modalidad que ahora se refundó como negocio (pág. 26). Con gran difusión en otros países, empieza a colonizar la Argentina aportando soluciones accesibles a los nuevos formatos laborales. La empresa We Work ya inauguró Plaza Bellini en una de las torres proyectadas por Aisenson y prevé abrir otro en Av. Libertador 1000, en el edificio que está terminando MRA+A en Vicente López.
Lo notable es la variedad de espacios, equipamientos y costos de membresía que tiene. Hay lugares para trabajar solo o en grupo, con o sin mascota, salas y salitas para tener reuniones informales o súpersecretas. Ámbitos para comer, recrearse y para descansar... Y todo con una estética que poco tiene que ver con las habituales oficinas, que está más cerca del clima que tienen los hoteles boutique, los bares y restós, o en general, los lugares de entretenimiento.