Italia. Una instalación revitaliza una zona costera de Génova y adelanta un proyecto de Renzo Piano.
Un estudio italiano diseñó una instalación para la costa de Génova en la que el viento y mar son los protagonistas. La obra formará parte de un proyecto de mayor escala propuesto por Renzo Piano.
La “Piazza del Vento” (Plaza del viento) es una instalación efímera y sensorial que se levanta en el paseo marítimo de Génova, Italia. El proyecto, que busca establecer una nueva relación entre el mar y la ciudad, es una contribución de la feria de náutica International Boat Show a la ciudad. El autor del proyecto es el estudio de arquitectura OBR dirigido por Paolo Brescia y Tommaso Principi, quienes trabajaron en conjunto para llevar adelante esta obra en la 57° edición de la expo. La Plaza del Viento consiste en una “instalación colectiva y multisensorial diseñada para un evento temporal que se convirtió en una obra pública permanente, en el que se celebra el rito de la urbanidad en el mar, mejorando así el fuerte vínculo entre el International Boat Show y Génova”, explicó Paolo Brescia.
El nombre de la plaza está conectado con la instalación que evoca los barcos de vela. En efecto, está formada por 57 mástiles -tantos como años se lleva celebrando el Salón Náuticode 12 metros de altura y realizados en madera de cedro rojo y acero blanco. En la parte más alta de los mástiles se han instalado veletas de colores, realizadas con windex y tejidos que indican la dirección del viento. Entre los mástiles se han colocado velas triangulares blancas, que crean juegos de sombras sobre los columpios instalados en la base de algunos mástiles, cada uno de los cuales puede ser utilizado por dos personas.
La instalación promueve la interacción del público y la vinculación con los fenómenos medioambientales y energéticos del mar, como el viento y el sol.
“Este trabajo de arquitectura -dijo el alcalde de la ciudad durante la inauguración- corresponde a la visión que se está desarrollando para el “Waterfront di Levante”, el proyecto que Renzo Piano concretará en ese área urbana y que estará listo en dos años.
Los columpios dobles se colocan entre los mástiles, donde los usuarios se sientan a la sombra de las velas mientras miran al mar. En cooperación con el músico argentino Roberto Pugliese, los arquitectos Margherita Del Grosso y Matteo Orlandi han creado un “campo de sonido” que se activa por la acción del viento: un sistema de barras de metal de diferentes longitudes, dispuestas de acuerdo con un esquema espacial preciso entre los mástiles, que producen sonidos con acordes de una “escala musical mediterránea”, ejecutados por el viento. Este campo sonoro guía a los visitantes hacia el mar, conformando una instalación dentro de otra.
Desde la antigüedad, el viento ha representado la energía a través de la cual las personas exploraron y comercializaron nuevas tierras, creando conexiones lingüísticas, culturales e incluso musicales, tanto que quizás se pueda decir que el Mar Mediterráneo tiene su propio sonido. La instalación “Melodie Mediterranée” (Melodías del Mediterráneo), que consta de 19 elementos suspendidos entre los mástiles de la Piazza del Vento, fue concebida a partir de la idea de capturar ese sonido y devolver los acordes musicales al mar.
A la acción del viento se le suma la tarea de estas barras metálicas que tienen diferentes longitudes y están “afinadas” según una escala musical que para la ocasión ha sido llamada “Scala Mediterranea” (Escala Mediterránea). Dentro de la instalación, los delicados jingles de las varillas de bronce se comunican con los elementos de la tradición marítima: mástiles y velas que evocan el sonido sutil de los barcos amarrados en el puerto y arrullados por el sonido del agua. Un tributo a una energía impredecible.
La intención es dar a la ciudad de Génova un lugar especial en la frontera entre la tierra y el mar, una manera de estimular todas las dimensiones perceptivas del hombre que trae consigo el gran valor social de la arquitectura y el arte público, transmitido por la música y la poesía. En este proyecto para la ciudad, la arquitectura y el arte público tienden hacia el mismo propósito común: crear un espacio a escala humana, utilizando estímulos visuales y vínculos emocionales. Esto implica una misión que no sólo es más desafiante, sino también más efectiva cuando se enfrentan las dos realidades juntas: la “Piazza del Vento” obtiene un nivel semántico adicional a través de la obra de arte “A.mare” del poeta y artista callejero Iván. Su frase poética: “El que arroja semillas en el viento hará florecer el cielo”, que se hizo popular en las calles de Italia a partir de 2003, se presenta aquí en una expresión innovadora: el anamorfismo se encuentra con la poesía en la creación de un entorno artístico inclusivo y una atmósfera poética que hace del viento su leitmotiv. La gestión y la dirección artística de “A.mare” estuvieron a cargo del colectivo artístico italiano Artkademy.