Biofabricación. El especialista Silvio Tinello explica cómo es el proceso de creación orgánica de objetos.
DISEÑO PROTAGONISTA Silvio Tinello investiga los beneficios de la biofabricación, que utiliza procesos naturales para obtener materias primas.
De a poco, se abre camino un nuevo paradigma productivo para el diseño industrial. Consiste en trabajar con materiales orgánicos que se producen según las leyes de la naturaleza y la biología. “La biofabricación es una forma de sustituir progresivamente los materiales que no son renovables y tóxicos para los seres vivos y el medio ambiente y crear nuevos materiales para distintos usos”, explica el diseñador industrial chubutense Silvio Tinello, magister en Diseño Sustentable por la Universidad de Filadelfia y pionero en esta tendencia.
Esta forma de trabajar utiliza a la naturaleza como fuente de materias primas y a la biología como modelo de proceso productivo.
La propuesta de Tinello, nacido en Trelew y egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, consiste en obtener nuevos materiales a partir de hongos que a su vez se alimentan de desechos agroforestales. “Le agrego valor a los residuos para convertirlos en un material útil. Así, se diseña a través de un proceso con impacto mínimo en el medio ambiente”, cuenta.
Ejemplo de esto es el proceso de transformación de la yerba mate en un biomaterial con buena consistencia. Para eso, Tinello utiliza un hongo del tipo Girgola u “hongo ostra” cuya raíz, llamada “micelio”, al desarrollarse va envolviendo el sustrato de yerba mate y alimentándose de él, de modo tal que al cabo de dos o tres semanas se genera una capa densa y cohe-
sionada dentro de un molde.
El proceso es escalonado: con el correr de las semanas, a medida que el hongo se expande, se lo pasa a recipientes con yerba cada vez más grandes y en la última etapa crece dentro de un molde con la forma final del producto. Para detener el proceso de crecimiento, se hornea el material y así queda solidificado. Así, Tinello elaboró diversos objetos como la alcancía Cyclebank, una serie de cuencos de diferentes tamaños, soportes para lámparas y hasta una suela experimental para calzado.
Al mismo tiempo, desarrolló otro nuevo material al que denomina “cuero vegano”, que en rigor es un símil cuero, a partir del cultivo de un té endulzado y fermentado. Al mezclar té en saquitos, agua, azúcar y otros componentes se obtiene un líquido conocido como Kombucha, que al dejarlo reposar unas semanas en un recipiente genera una película en contacto con el aire, que flota en la superficie “como si fuera nata”, explica Tinello. Esta película es también un hongo que flota y que va creciendo según cuánto tiempo se lo deje estacionado. Luego, se retira del recipiente y se lo deja secar a temperatura ambiente. El resultado es un material cuya consistencia puede variar como la del papiro hasta la de un cuero, ya que su distinto grosor y dureza dependen del reposo, de la fermentación y del tiempo del cultivo. Con este biomaterial, el diseñador creó distintos prototipos de lámparas, calzados, tarjetas personales y libretas, que incluso ofrecen la posibilidad de ser serigrafiadas. Todo sin matar a ningún animal ni cortar un solo árbol. «