Complejo de oficinas.
Un complejo de usos mixtos recurre a estéticas opuestas para expresar las diferentes funciones. La estrategia para aprovechar al máximo el lote y dotar de identidad a cada edificio.
En Córdoba, un conjunto de usos mixtos que se potencia a partir de las diferencias.
Bien ecléctico, así es el complejo de usos mixtos que el entonces estudio FWAP Arquitectos proyectó en Villa Belgrano, Córdoba, muy cerca del Cerro Las Rosas.
La edificación se levantó en un lote trapezoidal con desniveles que fueron utilizados para ubicar áreas comunes. “La intención fue aprovechar al máximo el terreno”, recuerda Javier Zanotti, uno de los autores. El proyecto preveía un edificio de viviendaspara lo cual existe por normativa una limitación- y se decidió completar el proyecto con otro destinado a locales y oficinas. Ambos son independientes y se buscó desde la estética dotarlos de identidades diferenciadas.
Zanotti afirma que comenzaron a delinear la torre de viviendas. “El comitente no quería que fueran los típicos departamentos de Córdoba, que en general no superan los 60 m2”. Por el contrario, la intención era crear un producto para un segmento económico más alto. “Por eso es que pensamos en unidades de como mínimo 180 metros cuadrados, de dos y tres dormitorios con dependencias”.
Todo el complejo aprovecha las vistas privilegiadas hacia el Sur y Norte de la ciudad, el área verde circundante al río Suquía y a la zona deportiva del Estadio Mario Alberto Kempes.
La torre de viviendas se ubica aislada en el terreno, del lado opuesto a la avenida Laplace. Ocupa 8.200 m2 e incluye un nivel subterráneo para los servicios, amenities y cocheras doble para cada unidad. El proyecto se despliega en siete niveles de semi-pisos con cuatro penthouses que acceden a su terraza privada con jacuzzi y parrilla privada. Se distribuyen cuatro departamentos por planta, dos de dos dormitorios más una zona de dependencia de servicio y dos de tres dormitorios también con dependencia. En total, son 32 las unidades que se articulan mediante dos núcleos de circulación que se dividen en una cir-
Los departamentos debían ser de grandes dimensiones, orientados a satisfacer al segmento premium. Para el edificio de locales y oficinas, los autores pensaron en plantas libres y una envolvente con fuerte identidad.
culación principal y una de servicio. Cada unidad posee amplios balcones, que aportan un valor agregado a la funcionalidad y espacialidad de los departamentos y se acercan más a las cualidades de una vivienda individual, uno de los pedidos fundamentales del comitente. Los balcones principales, diseñados como expansión del living comedor, están orientados hacia el río; mientras que los secundarios cuentan con una expansión de comedor diario y cocina que se destinaron al lavadero.
Según explican los autores “estas expansiones se configuran en un juego estético de cintas horizontales que envuelven el edificio, comprendidas a su vez en volúmenes que las enmarcan”. En el último nivel se ubicaron cuatro terrazas privadas correspondientes a los departamentos del séptimo piso y que, a su vez, suman su propio asador, zona de hidromasaje y solarium.
Zanotti detalla que “los amenities se pensaron para generar un clima de vacaciones”. Un desnivel se aprovechó para ubicar, los quinchos a continuación de los estacionamientos. “Esto le da intimidad alas piletas”, aclara el arquitecto.
A la torre de vivienda se accede a través de un ingreso peatonal y vehicular jerarquizado, con barreras automáticas y portero digital. Mediante una calle interna se vincula una zona destinada a recreación compuesta por una cancha de tenis y una cancha de usos múltiples, la rampa de acceso a los estacionamientos en subsuelo y el lobby en planta baja.
Este sector puede describirse como un hall vidriado que diluye los límites con el exterior.
Por último, el complejo cuenta con un subsuelo para estacionamientos al que se accede a través de una rampa al subsuelo que da lugar a 64 cocheras con bauleras, instalaciones de mantenimiento y servicio como así también la cisterna de bombeo con capacidad para abastecer el sistema contra incendios. Las áreas afectadas por el subsuelo de cocheras fueron tratadas con cubiertas verdes, para lograr un efecto de continuidad del parque existente.
Sobre la avenida Laplace, una estructura de hormigón y vidrio se despliega a lo largo para dar lugar a locales y oficinas, es el edificio corporativo desarrollado para oficinas.
“Pensamos en una cáscara con fuerte identidad e interiores de plantas libres”, afirma Zanotti, quien confiesa que el proyecto original incluía cocheras descubiertas, pero que debió ser modificado por pedido del comitente. El requerimiento se solucionó con un subsuelo para estacionamiento cubierto.
Zanotti destaca que para diferenciarlo del clásico muro continuo, el estudio decidió sumar a la fachada piezas de alucobón rojo y un gran marco que destaca en el centro a los niveles superiores.
La planta baja se concibió para alojar a entre cinco y seis locales, que terminaron siendo solo dos de amplias dimensiones. Un hall vidriado y muy amplio balconea la triple altura y funciona como acceso principal.«