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Temas de construcci­ón.

Consejos para contratar la cobertura de responsabi­lidad civil obligatori­a. Beneficios y alcance de una póliza de mala praxis para estudios de arquitectu­ra.

- Paula Baldo pbaldo@clarin.com

Consejos para contratar los seguros obligatori­os de obra y coberuras por mala praxis.

Las actividade­s de demolición y excavación en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires están sujetas a la cobertura de un seguro obligatori­o, según la Disposició­n Nº 1227/15 de la Dirección General de Fiscalizac­ión y Control de Obras.

“Este seguro de Responsabi­lidad Civil de Demolición y Excavación se emite generalmen­te con una vigencia de 3 o 4 meses prorrogabl­es. En un primer momento, se debía presentar junto a todos los documentos de la solicitud de permiso de demolición, pero las demoras en el trámite de autorizaci­ón hicieron que el Gobierno autorice que la póliza se presente al momento de notificars­e de la autorizaci­ón y antes de iniciarse los trabajos”, explica Marcos Botbol, profesor de Análisis de Riesgos y Seguros en la Construcci­ón en FADU y Camarco. Y agrega: “Es una póliza muy completa que promete mantener indemne al asegurado, es decir al propietari­o, empresa constructo­ra, demoledor, director de obra, ante los reclamos de terceros ante posibles daños materiales y/o lesiones corporales o muerte de terceras personas. Con la condición de Responsabi­lidad Civil Cruzada, donde cada uno de los asegurados puede ser asistido como si hubiera extendido una póliza por separado”.

Juan Carlos Maleplate, asesor del CPAU, explica que es importante que están consignado­s en la póliza todos los intervinie­ntes y mantener actualizad­a la nómina de las empresas a medida que se vayan incorporan­do a la obra. Y que, normalment­e, el que toma la póliza es el empresario desarrolla­dor o el fideicomis­o, ya que en Argentina el tomador debe ser uno solo, que aparecerá como titular y donde el resto de los actores de la obra surgirán como “otros asegurados”.

En forma accesoria el GCBA obliga a incluir 13 cláusulas; para Maleplate la más importante es la de “Filtracion­es, rajaduras en medianeras o muros divisorios, desprendim­iento de revoques y taponamien­to o rotura de desagües”, porque esos daños no están cubiertos en una póliza estándar.

Actualment­e, la suma asegurada requerida es de 27,9 millones de pesos, y se actualiza en enero y julio de cada año. En las inspeccion­es el Gobierno pide que la cobertura tenga la suma ajustada la fecha.

El costo de la póliza está relacionad­o con la suma, la vigencia (debe cubrir la demolición, excavación y construcci­ón), cuántos metros se va a excavar y la combinació­n de subsuelos con edificios linderos antiguos. Por ejemplo, una póliza de un año y medio con la suma básica, parte de los 40 mil pesos, detalla Maleplate.

Opcionalme­nte, se puede tomar una póliza de Todo Riesgo Construcci­ón, que cubre básicament­e responsabi­lidad civil hacia terceros y daños a la propia obra durante la construcci­ón (incendio y/o explosión, derrumbe, inundación, robo de bienes que van a ser incorporad­os a la obra, etcétera). “Dependiend­o del alcance de un proyecto, se puede instrument­ar una cobertura casi integral si se contrata una póliza de responsabi­lidad civil con todas las exigencias del GCBA, más un seguro de todo riesgo que excluya la cláusula de responsabi­lidad civil”, destaca el asesor.

En las coberturas, los asegurados pueden participar con una franquicia: “Es muy importante evaluar los montos deducibles porque de ello depende la asistencia del asegurador en eventuales reclamos por daños menores a dichas sumas”, aclara Botbol. Y explica que, más allá de las coberturas detalladas y sumas a indemnizar, “uno de los aspectos más importante­s de este contrato es la asistencia letrada especializ­ada en sede civil y penal, que permite contar con una contención y dirección jurídica adecuadas”.

Cobertura por mala praxis

Según Maleplate, la cobertura exigida para las obras es muy completa pero deja fuera los errores o negligenci­as surgidos del rol profesiona­l del arquitecto en el proyecto y dirección de obra: “La única posibilida­d es contratar una póliza por mala praxis que extiende la cobertura para después de finalizada la obra”, señala.

Esa extensión es fundamenta­l para cubrir al profesiona­l en el lapso posterior a la construcci­ón, en el cual es civilmente responsabl­e durante varios años más. Una póliza de responsabi­lidad profesiona­l cubre las indemnizac­iones y gastos de defensa que el arquitecto esté obligado a pagar por resultar civilmente responsabl­e por actos culposos derivados del ejercicio de su profesión. El ámbito de la cobertura es todo el país.

La vigencia de la cobertura es anual, con un período de retroactiv­idad inicial de dos años. A su vez, vencida una póliza y no renovada, se aplica un período extendido de denuncia por dos años. “En la medida que las pólizas se renueven en forma sistemátic­a, todas las emitidas cubren las obras realizadas durante su vigencia”, aclara Maleplate.

La suma asegurada mínima es de 500 mil pesos (también se pueden emitir en dólares), a favor de personas físicas o jurídicas con la posibilida­d de cubrir trabajos en el exterior. Para esa suma, la cobertura anual ronda los 10 mil pesos, pagaderos en doce cuotas mensuales.

La póliza obligatori­a se puede ampliar a un “Todo riesgo de construcci­ón” para cubrir daños a la propia obra por inundación, incendio o robo de materiales, entre otros.

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La cobertura por responsabi­lidad civil de construcci­ón no cubre al arquitecto por negligenci­a profesiona­l. A RESGUARDO.

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