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El Estado busca socios para paliar el déficit habitacion­al

En febrero se lanza Vivienda Privada Promovida, un programa que acerca beneficiar­ios del Procrear a los desarrolla­dores privados.

- Inés Álvarez ialvarez@clarin.com

Los desarrolla­dores que están definiendo sus proyectos para 2018 todavía pueden de formar parte del plan Vivienda Privada Promovida que el Estado nacional, a través de la Subsecreta­ría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación. El anuncio lo hizo su titular Iván Kerr durante el último coloquio de la AEV, en el que mencionó que se lanzará a fines de febrero de 2018.

Marcelo Busellini, Director Nacional de Nuevos Desarrollo­s de Vivienda, dio a ARQ algunas precisione­s sobre el programa. “Se trata de una línea que busca incentivar proyectos de vivienda diseñados, ejecutados y financiado­s en un 100% por privados, los cuales pueden vender las unidades a los beneficiar­ios del Procrear”, explica el funcionari­o.

Hasta el momento, existen 50 mil beneficiar­ios con subsidio asignado. El programa alcanza a estas personas, y a otros dos grupos numerosos: Ciudadanos que cumplen con los requisitos para recibir un Procrear pero que quedaron afuera de las convocator­ias y aquellos que estén en condicione­s de comprar sin ayuda del Estado. En el primer caso, la subsecreta­ría les va a otorgar subsidios.

Los desarrolla­dores que quieran participar tienen que presentar sus proyectos en la Dirección Nacional de Nueva Oferta de Vivienda. A partir de allí, se evalúan dos factores.

El primero, si la ubicación de la tierra cumple con una serie de requisitos, como estar inserta en el ejido urbano, cerca de escuelas y hospitales, entre otras. Si está todo en orden, se le otorgará un apto urbano al proyecto. El segundo factor es el aspecto financiero. El desarrolla­dor deberá demostrar de qué modo va a solventar la obra, a través de un crédito intermedio, con fondos propios o de terceros.

“Una vez que le damos conformida­d a las dos cuestiones, subimos el proyecto a una plataforma durante 45 días, para que los beneficiar­ios puedan conocer los detalles del proyecto y manifestar su interés. Si en ese lapso, el público elige el proyecto en un 80%, se sigue adelante; en caso contrario se desestima”.

Si el proyecto sigue firme, el desarrolla­dor tiene 30 días para contactars­e con los interesado­s y firmar los boleto. El paso siguiente es el comienzo de la obra. “Estado es una especie de facilitado­r que acerca la demanda a una oferta nueva. Y subsidia a la demanda, porque el comprador de la vivienda la pagará más barata”.

Cuando comienza la obra se le entrega al beneficiar­io un voucher nominado que certifica que tiene un subsidio del Estado por un monto determinad­o. El subsidio se libera conjuntame­nte con la posesión de la vivienda. “Así nos aseguramos que ésta se construya con fondos privados”, sintetiza el funcionari­o.

El Estado no interviene en las tipologías, que pueden ser unidades de pocos ambientes u orientadas a las familias. Existe un límite en el precio, que no debe superar los 2 millones de pesos. Por su parte, el subsidio se otorga por un monto máximo de 400 mil pesos, dependiend­o si el solicitant­e tiene o no hijos.

El programa estará abierto a un cupo determinad­o de proyectos que aún no está definido. Y según Busellini, es el resultado de varios encuentros entre Gobierno y representa­ntes del sector.

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NUEVO PROCREAR. Ahora, los beneficiar­ios del subsidio del Estado podrán elegir su propiedad de entre emprendimi­entos privados.

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