OTRA VUELTA DE ROSCA A LOS ESPACIOS EDUCATIVOS
Si hay algo que puede mejorar nuestros pronósticos sobre el futuro, es recuperar la educación de calidad. Una verdad casi de perogrullo, pero a la que más allá de las habituales declamaciones pocos le llevan el apunte. A nosotros también nos toca. Además de nuestra responsabilidad en lo que hace a la enseñanza de la arquitectura, también somos responsables del dispositivo educativo, de darle forma a los lugares de la educación.
De eso se trata la experiencia de los chicos del curso de Arquitectura 4 de la cátedra Ian Dutari de la FADU de la Universidad de Córdoba. Que estimulados por sus docentes intentaron generar “un nuevo prototipo de edificio escolar que busca reflejar un cambio en la forma de enseñar y de aprender, pero también un cambio en la relación entre escuela y barrio”. O también el objetivo que persiguen los planes que está ejecutando el Gobierno porteño para “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
Seguramente se acuerdan del Plan de 30 Escuelas, deudor de la llamada Arquitectura de Sistemas y del Módulo´67 , el que impuso los espacios flexibles y el 7,20 x 7,20 metros como medida ideal de las aulas. Este plan, que luego se extendió a 60 escuelas, llevadas a cabo por prestigiosos estudios porteños como Antonini-schön-zemborain, Kocourek, SEPRA, Llauró-urgell, entre otros, generó, a pesar de haber sido realizado en plena dictadura, edificios de calidad basados en un sistema y un lenguaje propio (hormigón y ladrillo visto), que se amoldó a diversas ubicaciones. Otro antecedente valioso es el realizado bajo el “padrinazgo” de Corea Aiello en la provincia de Santa Fe, con sus edificios de revoque blanco -organizados a partir de una grilla donde alternan aulas, patios, circulaciones y sum- que se adaptan también al las a diversas implantaciones.
La nueva iniciativa oficial incluye tres planes para renovar el equipamiento educativo porteño. Dos conjuntos compactos con escuela de nivel Inicial, Primaria y Media para los polos Mataderos y y Mujica en preexistencias del Barrio 31 y el plan Nuevas Escuelas. Este último retoma la idea de generar un nuevo sistema que pretende de una forma racional, confuerte identidad y gran austeridad crear los “entornos eficacez para el aprendizaje” en diversas situaciones urbanas: entre medianeras, en terrenos de perímetro libre y en situaciones con terrenos atípicos.
Otras obras de esta edición comparten la misma orientación. Con sus más y sus menos, el flamante Agora Bogotá, del estudio español Herreros (pág. 3) y el edificio de la calle Pelleport, en París, de la oficina francesa Bruther (pág. 6) son de la misma familia.