Espacios y entornos de aprendizaje eficaces
Los tres planes con los que el GCBA busca renovar la infraestructura escolar. El objetivo del diseño y los desafíos.
A mediados de 2019 la Ciudad de Buenos Aires estará en condiciones de presentar el resultado de un trabajo de investigación que duró largos meses y que constituyen los nuevos modelos de arquitectura escolar porteña. Lo hará a través de la inauguración en etapas de una serie de edificios -algunos ya están en construcción, prontos a abrirse y otros en proceso de licitación- que marcarán el camino hacia un nuevo escenario pedagógico. El planteo original partió de los objetivos que la Asamblea General de la ONU propuso para la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, según la cual “la educación es un derecho humano fundamental y la base para garantizar la realización de otros derechos”. Alineado con este propósito, y para “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”, como explican desde el Ministerio de Educación, su titular, Soledad Acuña, lideró la propuesta de conformar distintos equipos de trabajo -algunos en colaboración con otras carteras- a fin de lograr propuestas adaptadas a los requerimientos del contexto local. Los nuevos proyectos de arquitectura escolar se enmarcan en conceptos pedagógicos actuales, tales como flexibilidad, adaptación a los cambios tecnológicos y formación para el futuro que se traducen en ambientes seguros, inclusivos y eficientes. Tres planes de trabajo aparecen como importantes ejes del área de Infraestructura del Ministerio de Educación: Nuevas Escuelas, Polo Mataderos y Polo Mugica. Los dos últimos generan, cada uno, un conjunto compacto con escuelas de nivel Inicial, Primaria y Media. Nuevas Escuelas, por su parte, propone un conjunto de centros de aprendizaje en distintos puntos de la ciudad, que comparten una misma identidad formal y funcional.