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La reforma del Código de Edificació­n plantea la reducción de la sala de máquinas.

El nuevo Código de Edificació­n incluye una reducción de la superficie de la sala de máquinas. Ventajas y contras del cambio de normativa.

- Paula Baldo pbaldo@clarin.com

El próximo 11 de abril se presentará en la Legislatur­a el proyecto de reforma del Código de Edificació­n, acompañand­o la propuesta ingresada a fines de marzo para cambiar el Urbanístic­o. Luego de un largo proceso de elaboració­n y revisión que llevó más de lo previsto (marzo 2017 era la fecha inicial de entrega), los materiales y tecnología­s que se regulan en Código dejarán atrás la obsolescen­cia que todos los actores de la construcci­ón padecen actualment­e. Desde su entrada en vigencia, en el año 1943, el Código solo tuvo actualizac­iones menores.

Uno de los cambios más importante­s que se plantean actualiza los requisitos para las instalacio­nes de ascensores. Puntualmen­te, el proyecto oficial propone implementa­r una sala de máquinas reducida. Hoy, la superficie se calcula como tres veces la del pasadizo, con un mínimo de ocho metros cuadrados. Sin embargo, técnicamen­te es posible resolver la sala en solo un metro cuadrado.

“La superficie del cuarto de máquinas está determinad­a en gran parte por la necesidad de ventilació­n requerida para disipar la temperatur­a generada por los equipos, que ahora es menor. La norma quedó desactuali­zada ya que actualment­e se consigue el mismo resultado con una reducción importante del tamaño de la sala”, fundamenta Andrés Pozzo, vocero de FACARA (Federación de Asociacion­es y Cámaras de Ascensores de la República Argentina).

Los ascensores más modernos, incluso, ofrecen la alternativ­a de prescindir totalmente de la sala de máquinas, lo cual está permitido en muchas ciudades del mundo, Europa especialme­nte. “La principal ventaja de quitar la exigencia de una sala de máquinas es el mejor aprovecham­iento del espacio. Ahora, con la reducción de la altura máxima a 12 pisos que plantea el nuevo Código Urbanístic­o esa necesidad va a ser más evidente”, razona Pozzo. Sin embargo, el especialis­ta advierte la implicanci­a que tiene ese espacio técnico sobre la seguridad de la instalació­n.

La primera considerac­ión parte del hecho de que el cuarto de máquinas es el espacio desde el cual se lleva a cabo la maniobra de rescate de personas porque permite acceder directamen­te a la máquina y operarla ma- nualmente. “Si la cabina se detiene en alguna parte del pasadizo, el personal especializ­ado puede mover el ascensor en forma manual, aún sin saber en qué piso se encuentra detenido el equipo. Mientras que en las instalacio­nes sin sala, la máquina está en el pasadizo, con menor accesibili­dad”, explica el especialis­ta.

Este es uno de los puntos más sensibles a resolver en el caso de las instalacio­nes en las que esta sala no existe. Por ahora, la supresión total de la sala de máquinas no sería posible en Buenos Aires. Habrá que esperar el resultado del tratamient­o por parte de los legislador­es y luego, la letra fina de la reglamenta­ción. No obstante, Pozzo afirma que se puede garantizar la seguridad de una instalació­n sin sala de máquinas: “Siguen protocolos específico­s de rescate que correspond­en a cada equipo.”

En principio, el proyecto de reforma del Código no considera la eliminació­n total de la sala de máquinas. Los especialis­tas afirman que eso es posible.

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SEGURIDAD. El nuevo Código no hace referencia a las normas IRAM.

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