Generali, la torre trenzada de Zaha Hadid que vuela alto
El edificio gira sobre su eje y ofrece increíbles visuales al parque central y al centro de Milán. Tiene 174 metros y 44 pisos.
La torre de hormigón, vidrio y acero es una de las atracciones de la ciudad y referente del skyline. Aloja oficinas y un centro comercial de lujo en la planta baja.
Las curvas de Zaha Hadid vuelven al ruedo, esta vez en una torre que gira y rota hacia el cielo. El flamante conjunto de 174 metros (44 pisos) se llama Torre Generali y ya brilla en la zona degradada pos predio ferial que ahora recupera el esplendor perdido. La Generali se conecta con las plazas y parques públicos circundantes desplegando geometrías curvilíneas que definen el formato a partir de las fuerzas centrípetas que nacen al nivel del suelo. A medida que la torre se eleva ofrece vistas más amplias de la ciudad. Y se tuerce alrededor de su eje vertical promoviendo una relación diferente entre los pisos inferiores y superiores.
Además de estética y bella, la Generali es eficiente: su doble fachada de persianas protegen del sol y brindan un control ambiental para cada piso que asegura un rendimiento energético óptimo, contribuyendo a la certificación LEED Platinum otorgado por e l Consejo de Construcción Ecológica de EE. UU.
Conectada y vinculada con el resto de los conjuntos del distrito, la torre de hormigón, vidrio y acero es una de las atracciones de la ciudad. Con sus 147 mil metros cuadrados ya es un punto de referencia en el nuevo skyline milanés.
Las columnas perimetrales inclinadas siguen la torsión geométrica de la torre para reflejar la alineación inclinada de su exterior. Estas columnas perimetrales también optimizan el espacio de oficinas.
El equipo fue liderado por Patrik Schumacher, el arquitecto que continuó el diseño luego de la muerte de Zaha, en 2016. Fue él quien eligió un enfoque holístico para completar el proyecto, basado en la premisa de que “la simplicidad resuelve la complejidad” para la configuración de la estructura. Y enfrentó con esta filosofía varios desafíos.
El primero, cómo resolver el problema de la torsión de la torre generada por la inclinación de las columnas alrededor del núcleo. La elección de la estructura de hormigón fue la clave para esbozar una solución que
maximizara la relación costo/beneficio. Una estructura más eficiente pero extremadamente más compleja para diseñar y calcular con respecto a cualquier solución de acero. “Concreto significa material altamente no lineal: las deformaciones de la estructura evolucionan durante y después de la construcción”, explica Schumacher. Controlar y predecir con precisión el comportamiento evolutivo de la estructura fue la clave del éxito.
Con el apoyo técnico de las firmas Redesco y AKT II, a cargo de las estructuras, desarrollaron el podio a partir de un complejo cálculo y meticulosos algoritmos gráficos. Las funciones del podio -allí se ubica el cine y cuenta con 5 pisos-- requerían una estrategia estructural extremadamente sofisticada, que se generó automáticamente al combinar todas las restricciones en un algoritmo gráfico. Basado en este marco, que incluye tramos muy largos, desviaciones de columna y voladizos, la optimización y las operaciones recurrentes se resolvieron con el fin de lograr la máxima rentabilidad y solidez estructural. Todas las estructuras son de acero, incluida la subestructura de la fachada, con cientos de marcos distintos. El ángulo de rotación se controló cuidadosamente con un marco de reglas para asegurar el control del sistema estructural y permitir el paso de la fachada a la base. La forma del edificio implicaba que su propio peso generaba fuerzas en el núcleo de hormigón. Para paliarlas realizaron un sistema que equilibró las cargas por los vientos y se tuvo en cuenta la eventualidad de terremotos.