IDEAS SORPRENDENTES, FUERTES Y SINTÉTICAS
El 29 de junio se celebra el Día Mundial del Diseño Industrial. Y el 1° de julio, el Día Internacional de la Arquitectura. Pero a partir de 1996, la Unión Internacional de Arquitectos ( UIA) corrió esa fecha al primer lunes de octubre en coincidencia con el Día del Hábitat. La Federación de Arquitectos de la Argentina ( FADEA) decidió mantener el 1° de julio como celebración nacional. ¿ Para qué sirven estas fechas? Para FADEA, son momentos propicios para, además de festejar, ver cómo podemos enriquecer nuestra tarea cotidiana. Como anticipo a estas celebraciones, ARQ preparó una nueva entrega especial. La nota de tapa viene con toda la magia, la inteligencia y la creatividad que le puso un grupo de arquitectos santafecinos al stand argentino en la 16° Bienal de Arquitectura de Venecia. Una idea fuerte, contundente, pergeñada por Pablo Anzilutti, Francisco Garrido, Javier Mendiondo y Federico Cairoli, que logra con mínimos recursos transportar la infinitud de la pampa ( el vértigo horizontal) un antiguo galpón del año 1570, de 50 metros de largo por 14 de ancho, que tiene asignado nuestro país desde hace 6 años. Lo acompañan una nueva casa diseñada por María Victoria Besonias y Guillermo de Almeida en el bosque de Costa Esmeralda ( pág. 6). Toda en hormigón como ya nos tiene acostumbrado la pareja que hizo de este material el insumo privilegiado para desarrollar un sistema estético constructivo de gran potencia plástica y visual. También acompaña esta edición especial una nueva publicación de la revista Más ARQ, esta vez dedicada al diseño de torres. Sí, estas mismas torres que generalmente traen polémicas con los vecinos, concitan odios y amores entre los arquitectos; y, que a pesar de todo, siguen generando objetos que cada vez son más sorprendentes. Por lo visto aquél decálogo de años atrás hoy se ha flexibilizado. Claro, ya no es imprescindible la modulación de 1.50 x 1.50 para respetar el módulo de los paneles con que se dividían los espacios de trabajo, porque ahora todo es open- space, estructuras horizontales, sin muchas jerarquías y trabajo colaborativo. Además, se terminó el monopolio del tubo de luz de 1.22 por la aparición de gran variedad de luminarias. Y la profundidad de planta ha variado porque casi se acabó el papel y lápiz: ya casi todos trabajan con las computadoras que necesitan cierta penumbra. Y qué decir del módulo de 7.50 metros para que entren cómodos tres autos… Si ahora lo que se promueve es que la gente viaje en bicicleta.
En definitiva, las nuevas torres vienen con plantas libres, flexibles, con ductos preparados para que por allí viaje toda la “inteligencia”. Intentando llegar lo más alto posible y, por lo general, con sobredosis de carga formal en busca de una potente imagen corporativa. «