Nueva biblioteca.
Clara Murado y Juan Elvira recuperaron un hospital construido en el siglo XVI. Detalles del rescate patrimonial.
Cómo fue la recuperación de un antiguo hospital por parte de Clara Murado y Juan Elvira.
La Biblioteca Municipal y Archivo Histórico de Baiona ( Pontevedra, España) se ubica en el antiguo Hospital Sancti Spiritus del siglo XVI, frente a la antigua Colegiata de Santa María. Se trata de un edificio de dos plantas incrustado en la pendiente del casco histórico, que cuenta con un jardín y un patio interior.
Dentro del patio se encuentran dos escaleras de acceso al primer piso y dos tallas en piedra: un peregrino y una efigie del Apóstol Santiago. La intervención pretende organizar el nuevo programa de biblioteca y archivo de una manera clara y sencilla. Desde el punto de vista patrimonial, su ambición es recuperar el protagonismo perdido de los singulares espacios exteriores debido a las numerosas transformaciones sufridas a lo largo del tiempo.
En planta baja, un gran zaguán atraviesa longitudinalmente el edificio y ordena todas las circulaciones de la biblioteca. Como una calle interior, comunica la entrada principal con el patio y el jardín. A un lado, un nuevo paramento pétreo acompaña el tránsito hasta la salida. Este grueso muro de sillares de granito acoge las ventanas existentes, los accesos a otras estancias y un nuevo nicho para sentarse, a la vez que reúne las diversas piezas arqueológicas halladas en el edificio original.
Frente a él, un volumen de madera agrupa el programa de Archivo Municipal, los servicios y el ascensor. La sala polivalente y la biblioteca infantil se abren al patio y su actividad puede extenderse al exterior. Una serie de curvas de distintas aperturas definen el perímetro de la sala infantil para adaptarse a la fragmentada geometría original y conferirle una identidad propia.
Este paramento curvo incorpora las estanterías y deja pequeños intersticios ocultos detrás de la doble piel de madera, como un guiñol o el guardarropa. La puerta de entrada desde el zaguán de acceso es una gruesa estantería pivotante, una puerta secreta que queda integrada con el resto de estanterías cuando está cerrada. Paredes y techos, también de madera, se perforan con unas aspas para resolver las tomas de ventilación.
Los niños pueden sentarse en el suelo, terminado con un material textil, que se pliega sobre los paramentos verticales para formar pequeños planos inclinados sobre los que recostarse.
Algunas soluciones de planta baja anuncian el tratamiento de la biblioteca en la planta superior, como las perforaciones circulares de la puerta de acceso y del cerramiento lateral de la escalera o el tratamiento material y espacial de la sala infantil.
La organización del primer nivel también evidencia que el patio cen- tral es el epicentro de la actuación.
Todo el espacio disponible se libera para la sala de lectura. Una doble envolvente de madera de arce delimita por completo esta sala y genera una banda funcional concéntrica de espacios instersticiales como cabinas de estudio individual, aseos, despachos y áreas de lectura informal.
El suelo está resuelto con el mismo material que los paramentos verticales, así como la cubierta interior, que se triangula para adaptarse a las necesidades técnicas y dimensionales de la estructura y las instalaciones.
Las fachadas interiores se recortan, perforan e inscriben para conectar los espacios a uno y otro lado y para construir ámbitos con identidad propia. El espacio resultante es gráfico y espacial. Su escala fluctúa con ambigüedad entre la condición afectiva y doméstica del mueble y el gran arca que acoge en su interior individuos y materiales heterogéneos.