NO ES LO MISMO PERISTILO QUE PÓRTICO
La autora investiga sobre los orígenes de la confusión semántica y describe los recursos arquitectónicos y lingüísticos de los portales de los cementerios de Posadas y Corrientes.
Hace un tiempo, hablando del Cementerio de Posadas, Misiones, escuchaba y leía, sin aún haberlo conocido, acerca del Peristilo del Cementerio. Cuando finalmente tuve el gusto de visitarlo, me llevé una gran sorpresa al no encontrar el mencionado peristilo.
Siempre me intrigó la persistencia en el error en el uso del nombre del peristilo y me parecieron dignas de investigación las razones de dicha confusión. La palabra “peristilo” surge de la suma de perímetro más stylo, que es como se nombraba a la columna entre los griegos y luego entre los romanos.
O sea que, “peristilo” es algo rodeado de columnas, como por ejemplo el Partenón de Atenas o posteriormente un claustro medieval, para dar en ejemplo interno y externo. Recurso arquitectónico que a todas luces no se emplea en la entrada del Cementerio de Posadas.
La arquitectura, eso que transitamos desde que nacemos y se va incorporando lentamente a nosotros por medio de nuestra percepción sensorial, nos habla en forma de susurro o nos grita, según las intenciones del diseñador.
El acceso al Cementerio de Posadas es en verdad una obra de arte arquitectónico, un pórtico con enormes, hermosas y solemnes proporciones, con columnas construidas en ladrillo ( mis respetos a los constructores también), dóricas, muy superiores en cuanto a masa a los órdenes siguientes jónico, corintio y compuesto, que fueron cada vez más esbeltos y ni que hablar del tiempo del gótico y sus haces de columnas y columnillas, muy altas pero muy finas.
Esas columnas dóricas que sustentan el acceso al cementerio posadeño son un amplio, grave y enfático pórtico diseñado por el arquitecto Alejandro Bustillo, quien semánticamente relacionó su gravedad y masa con el cometido cementerio. Y eso sucedió probablemente desde las mismas pautas del diseño al pensar en su significado, ya que no es igual un lugar rodeado de columnas que un acceso ceremonial, es decir, más un transcurrir que un acento.
El peristilo acompaña, y es a su vez un recinto para estar y permanecer además de recorrerlo, ya que genera un espacio interior lineal, bidireccional y en el caso de que el peristilo fuera exterior, como una galería, logra un recorrido perimetral y también un transcurrir.
Pero el pórtico es un acceso ceremonial de alto impacto, ya que rompe con la permanencia muraria, se desarrolla en un punto y genera un foco de atención cuya impronta se solemniza por el sólo hecho de sus dimensiones mayores que las de la totalidad del resto del registro arquitectónico.
El componente ceremonial, además, importa en relación con el hecho de que estamos por ingresar al recinto en donde reina la muerte y por ello la gravedad se impone y la arquitectura responde a esa fuerte condicionante.
Bustillo volverá 20 años después sobre esta composición con el acceso del Banco Nación de Argentina, en diálogo franco con la Casa de Gobierno y rematado con un frontis. Hasta allí, todo bien, es un tema que me interesa y del que soy entusiasta usuaria ( aclaración: soy entusiasta usuaria, no de los cementerios, sí de su visita).
La respuesta al porqué del error persistente, el de llamar peristilo a lo que no lo es, permaneció sin resolverse hasta que, hace un tiempo, una divergencia entre unos tesistas ( él y ella) que me solicitaban como directora de sus tesis de grado, querían desarrollar como tema el tanatoturismo ( por Tánatos el dios griego de la muerte), es decir la visita de turistas - programada o no- a cementerios, que es tan difundido en Europa y del que nosotros en Argentina tenemos como estrella al cementerio de La Recoleta en Buenos Aires, cuyo pórtico probablemente haya inspirado éste que mencionaba.
El problema entre mis tesistas residía en que ambos querían trabajar sobre el cementerio de La Piedad, en Posadas. Entonces, tuvieron que discutir y rediscutir hasta ponerse de acuerdo y eso fue un gran entrenamiento para su futuro profesional, ya que debieron argumentar sus razones. Ello llevó a una de los dos a planear su tema de tesis en el cementerio San Juan Bautista de la ciudad de Corrientes, capital de la provincia del mismo nombre, la única que tiene frontera con Misiones.
Las relaciones arquitectónicas de Misiones con Corrientes son de larga data desde las Misiones Jesuíticas y anteriormente el territorio indígena común; baste para más datos recordar que la Casa de Gobierno de Misiones es nombrada Monumento Histórico Nacional a la vez que su par de Corrientes, similares pero de distinto porte cada una y diseñadas ambas por el italiano Juan Coll.
A partir de este hecho fortuito, el de mis alumnos tesistas enfrentados en lo que casi hasta concederíamos que era un asunto trivial, se hizo la luz para mí acerca de aquella intriga postergada sobre el uso incorrecto del término peristilo.
En esta resolución, la de inclinarse por el cementerio correntino como referente, ella - además de hacer su tesis, presentarla y defenderla- deliciosamente encontró al amor de su vida, cosa extremadamente romántica, especialmente si lo pensamos en contraposición a lo que fue a buscar, un cementerio.
En el transcurso de su tesis, me di de bruces con la respuesta a la intriga inicial de este artículo: ¿ Por qué se le dice peristilo si es un pórtico? En una foto del frente del cementerio de Corrientes que había tomado mi tesista e incluido en una de nuestras habituales correcciones, vi, revelador, el acceso y así pude vivir un momento elevado en la vida del investigador, algo así como epifánico, que es el descubrir el culpable famoso, en este caso, el cementerio de Corrientes.
El su acceso que sobresale mediante un pórtico anclado a una serie de columnas de base circular, que en ambas direcciones semirodean el recinto y están suavemente empotradas en el muro: el peristilo, como puede ser observado en la foto que se adjunta y que correctamente es la manera habitual de nombrarlo entre la población, de lo que deduzco que por una mala correspondencia, todas las entradas a todos los cementerios debían llamarse peristilo.
Es importante la actualización permanente, es nuestro destino y parte del respeto con el que como profesionales aportamos a la gente y a nuestra profesión. Aprender a manejar el metalenguaje específico y hacer valer ese conocimiento se impone y entonces, no es igual peristilo que pórtico, como no es lo mismo el cemento que la cal.