Casas para maestros.
Un conjunto de viviendas que servirá de modelo para próximos desarrollos ensaya unidades con patios y una envolvente que exalta la tradición ladrillera de la arquitectura provincial.
El concepto detrás de un conjunto residencial en la ciudad de Córdoba.
El proyecto, encargado por la Mutual Docente de la Provincia de Córdoba, tiene por objeto hacer posible el deseo de la “casa propia”. Su construcción se llevó a cabo en un predio que ocupa una manzana completa y que se encuentra en el sector suroeste de la ciudad de Córdoba, en franco proceso de desarrollo.
Se trata de un conjunto de viviendas en tres niveles pensadas para integrarse al entorno y respetar el concepto de barrio. El eje de la propuesta es el espacio común que se genera a modo de calles internas propias del conjunto, recreando la idea de patios.
Su estructuración en módulos de tres unidades responde a la intención del comitente de utilizar el proyecto como modelo para otros emprendimientos, de manera que debía expresar una gran adaptabilidad a diferentes ubicaciones y sitios.
La idea tipológica partió del propósito de evitar reducir la situación del habitar colectivo a un asunto exclusivamente individual, como podría proponerlo un proyecto de vivienda colectiva del tipo “casona”, en el que se ingresa por palieres internos sin ventilación ni iluminación natural, y departamentos con ventilación a un solo frente. En cambio, se proponen “casas” con ventilaciones cruzadas, visuales a doble frente, fácilmente identificables desde el exterior y con contacto directo a la calle.
La recuperación del estilo de vida barrial se da a través de la estructuración del conjunto a través de “calles-patio” internas, que operan como ámbitos de socialización.
La propuesta se organiza en agrupamientos pequeños de entre 9, 12 y 15 unidades de vivienda, lo que per- mite acotar las relaciones internas entre propietarios, promueve mejores relaciones entre vecinos, la apropiación del espacio y la disminución de conflictos. Cada uno de estos agrupamientos está organizado mediante ingresos, tanto peatonales como vehiculares, desde la vía pública hacia las “calles-patio” mencionadas.
Se propone una estética contemporánea que dialogue con nuestra cultura y nuestra tradición, usando mano de obra local y al ladrillo como protagonista en diferentes situaciones, generando envolventes cerradas y también permeables que permiten el control de la luz así como el de la privacidad.
Cada vivienda conserva su individualidad, buscando reproducir la experiencia de la “casa propia”. Esto se logra dotando a cada unidad de una relación directa con los espacios comunes, ya que las puertas de cada vivienda están cerca de sus estacionamientos y patios.
En síntesis, las unidades tienen tanto las ventajas de la vivienda individual como de la colectiva, a partir de un equilibrio que se traduce en calidad de vida para sus habitantes.«