Juego de opuestos en un refugio privado
El proyecto pone el foco en la privacidad de dos casas planteadas para construir en dos etapas y plantea relaciones antagónicas que confrontan llenos y vacíos, espacios abiertos y cerrados.
San Sebastián es un barrio cerrado ubicado en la localidad de Funes al que abordamos con el proyecto de dos viviendas en los inicios de su desarrollo.
La carencia de construcciones adyacentes como también de forestación nos presenta escasas referencias donde la tierra aún se funde con el cielo y la apropiación de la pampa es perceptible sólo por las circulaciones vehiculares, los espacios técnicos de servicios y los mojones que definen los límites entre terrenos.
Dos hermanos junto a sus familias emprenden el éxodo hacia este tipo de urbanización por el deterioro de la calidad de vida en los barrios de la ciudad de Rosario, debido a la gran inseguridad que se percibe.
El encargo prevé que las viviendas se proyecten con una diferencia de sólo unos meses de diferencia. Así, la primer casa que se diseña es la DL.
Esta construcción busca replicar y recuperar el modo de habitar actual de los propietarios, acostumbrados a la tipología de vivienda urbana basada en una fuerte contención espacial y, sobre todo, de mucha privacidad. Este desafío nos representa. No sólo como estudio de arquitectura sino también como habitantes y defensores de la ciudad.
Así es que emprendemos una reinterpretación de las relaciones entre frente y fondo, público y privado, y también del concepto de calle intentando recuperar la espacialidad de una vivienda en relación un patio.
El extenso y complejo programa da lugar a que la construcción dispuesta en forma de L, según las mejores orientaciones, pueda llegar hasta los límites del lote y mediante un muro exento se cierra hacia la calle otorgando carácter, privacidad y una clara e intencionada fachada urbana.
Este patio, a la espera de la segunda construcción, será un espacio a cielo abierto rigurosamente definido.
Los usos privados se ubican en el nivel superior, protegidos de las visuales por un balcón de parapeto ciego. Los espacios de esparcimiento (sala de ensayos y cava) fueron ubicados en el subsuelo y el área publica a nivel del terreno por cuestiones acústicas y factores climáticos.
Por otra parte, los espacios intersti- ciales generados por los retiros se utilizan para ubicar una huerta orgánica y el área destinada a los seis perros de la propietaria.
El uso del hormigón responde a la sugerencia planteada por el comitente, por eso la búsqueda se realizó a través de la exploración de sus capacidades estructurales y su expresión formal.
La vivienda proyectada en segunda instancia propone un programa similar, pero algunos pedidos de los comitentes (diferenciarse de la primera) como las proporciones del lote determinan el proyecto.
El solar de menor frente que el anterior, impone una construcción mas compacta que surge de interpretar que la porción de vacío generado por el patio de la primera construcción es por la sustracción de una masa que ahora se dispondrá en el lote lindero.
Así, se optó por desplazamientos de una secuencia estructural en busca de pequeños patios interiores para dotar de luz a esta masa aparentemente compacta. Y, al mismo tiempo, una serie de espacios a cielo abierto controlados.
Así es como estas dos construcciones aparentemente similares ensayan los siguientes opuestos: abierto/cerrado, extenso/compacto, alto/bajo, lleno/vacío, patio/fondo y grupo/individuo.
La materialidad exterior se repite, no así su relación con el exterior donde los patios son mas pequeños y controlados.