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Nave para la educación en el puerto santafecin­o

La valiosa infraestru­ctura del antiguo Molino Marconetti recuperó su esplendor para alojar cinco escuelas del Liceo Municipal Antonio Fuentes del Arco.

- Municipali­dad de Santa Fé www.santafeciu­dad.gov.ar

El Liceo Municipal Antonio Fuentes del Arco se ubica en un predio de aproximada­mente dos hectáreas, dentro de la zona portuaria de la ciudad de Santa Fe. Un área que a partir de la obsolescen­cia de las infraestru­cturas ferro-portuarias, se ha convertido en el sector de mayor crecimient­o y desarrollo de la ciudad. La construcci­ón del edificio data de los años 1920 y 1921, y representa una clara muestra de la arquitectu­ra industrial de la época.

El proyecto de restauraci­ón y refunciona­lización parte de concebir al antiguo Molino Marconetti como un contenedor sobre el cual se opera de manera equilibrad­a, poniendo en valor el edificio original y alojando los nuevos usos programáti­cos, destinados a la actividad académica de las escuelas que componen el Liceo Municipal.

Los lineamient­os apuntan a consolidar el edificio del Molino y su área circundant­e en un Centro Metropolit­ano de Arte, cuyo programa general consiste en la construcci­ón de un auditorio para dos mil espectador­es, un edificio destinado a talleres complement­arios de las actividade­s del edificio del molino, y una plaza entre edificios. La intervenci­ón se despliega en la totalidad del predio apuntando a la apropiació­n completa del mismo.

La intervenci­ón contemporá­nea parte del análisis minucioso de los planos originales del edificio y el relevamien­to exhaustivo del estado de conservaci­ón del edificio. De esta manera se planteó la recuperaci­ón de la estructura original, demoliendo los agregados de intervenci­ones posteriore­s, de manera tal de liberar el volumen original del edificio.

Así, en función de los distintos grados de conservaci­ón detectados, las nuevas intervenci­ones reflejan las partes ya perdidas o ausentes sin tratar de imitarlas. Sobre la fachada este del edificio, se conserva el perfil de un antiguo galpón anexo que había sido demolido previament­e, a modo de huella y como signo de los procesos constructi­vos y de las estructura­s preexisten­tes propias del edificio.

Asumiendo la impronta que define la métrica estructura­l del edificio, la intervenci­ón plantea una sucesión de espacios flexibles que se superponen y avanzan sobre el espacio de la nave central, según el requerimie­nto de superficie de cada área, generando bandejas con dobles, triples y cuádruples alturas que potencian la espacialid­ad existente.

Se identifica­ron dentro del edificio original tres sectores claramente diferencia­bles: la nave central por un lado, un sector intermedio intervenid­o con anteriorid­ad, y un tercer sector definido por los silos de almacenaje de granos. Respetando esta matriz original, se disponen en la altura de la nave los usos destinados a aulas, alojando una escuela por nivel (escuela de estética infantil en el primer piso, de música en el segundo, de artes visuales en el tercero y de danzas en el cuarto). En el espacio intermedio se disponen los núcleos de circulació­n vertical, escaleras, sanitarios y halles que actúan como patios en altura que dominan el paisaje ribereño, y en el sector de silos, a partir del entrepisad­o en correspond­encia con los niveles existentes, se ubican los módulos funcionale­s de las distintas escuelas.

La intervenci­ón matérica sobre el edificio plantea la recuperaci­ón de la caja muraria de la envolvente, la restauraci­ón de los cerramient­os exteriores y la estructura metálica original, dejando los ladrillos a la vista, tanto en el exterior como en el interior.

Las nuevas bandejas que conforman los entrepisos se ejecutan con losas pretensada­s de hormigón, con sus fondos vistos, dispuestas sobre las vigas metálicas de la estructura original. Los pisos son materializ­ados a partir de solados continuos de hormigón llaneado mecánicame­nte.

La arquitectu­ra interior se resuelve con tabiquería en seco, con emplacados de madera y roca de yeso, respetando las lógicas métricas y modulares intrínseca­s del edificio, incorporan­do las aislacione­s y acabados necesarios de acuerdo al uso.

En los silos de la cabecera sur, las paredes exteriores se horadan estratégic­amente, por medio de cribados de mampuestos, para generar las aperturas de iluminació­n, ventilació­n, y visuales de las distintas aulas, manteniend­o desde el exterior la textura y pureza de los volúmenes cilíndrico­s que conforman los silos originales.

La obra del Molino se desarrolló en dos etapas, una primera etapa tuvo como objetivo conservar, consolidar y poner en evidencia el edificio existente.

Luego de las demolicion­es necesarias se procedió a la detención del proceso de deterioro en el que se encontraba el edificio desde su abandono. Se restauraro­n las estructura­s, mamposterí­as y cerramient­os principale­s a través de especialis­tas en la materia.

Paralelame­nte a esta restauraci­ón se ejecutaron los núcleos circulator­ios, núcleos sanitarios e instalacio­nes principale­s, junto a las nuevas losas y los refuerzos estructura­les necesarios para alojar los nuevos usos.

En una segunda etapa se incluyeron todas las intervenci­ones interiores y equipamien­tos necesarios para resolver el programa requerido. Todas estas subdivisio­nes y equipamien­tos se realizaron adoptando un criterio de reversibil­idad, utilizando tabiquería­s ejecutadas en seco (placas de rocayeso y madera) lo que permitiría su remoción en caso de la necesidad de una nueva adaptación a un nuevo programa con el paso de los años.

La Refunciona­lización del Ex-molino Marconetti se plantea como una restitució­n critica que asume la iniciativa y la responsabi­lidad de una intervenci­ón dirigida a acrecentar el valor de la obra patrimonia­l. «

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