HACIA UN NUEVO MODELO DE CRECIMIENTO PARA EL AMBA
Para dar un salto de calidad en el desarrollo territorial, deben convivir habitantes y empresas en cierta proximidad geográfica. Los parques industriales actúan como colonizadores de nuevas zonas urbanas.
El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha crecido bajo la dificultad de sostener e incrementar problemas estructurales de su ordenación territorial, lo cual le ha impedido hasta hoy orientar un proceso de gestión sostenible en el tiempo, estabilizando su paisaje natural como su patrimonio público y privado, o generando innovación a partir de los cambios de época en su visión de futuro urbano y ambiental. En consecuencia, la oportunidad a mediano y largo plazo es la de transformar un modo de crecimiento segmentado, desorganizado y disperso (que hace más vulnerable y conflictiva la vida de sus habitantes y que encarece los costos de infraestructura y de servicios) por otra forma de gestión urbano-territorial que permita incorporar las tres dimensiones del desarrollo sostenible -la económica, la social y la ambiental- incorporando junto a ellos el valor de la actividad productiva como uso central, orientando la planificación del territorio en base a esta nueva complejidad. Así, y en esta línea, el reciente estudio del Banco Mundial “Subamos el estándar para ciudades productivas en América Latina y el Caribe” plantea un concepto fundamental para el logro del objetivo antes mencionado, fijando a su vez una meta de exigencia para un salto de calidad en el desarrollo territorial, al definir que uno de los motores principales para el crecimiento económico social se ha de lograr cuando se reúna a habitantes y empresas en estrecha proximidad geográfica, facilitando con ello la producción, la innovación y el comercio.
Al incorporar las dimensiones económica, social y ambiental, la planificación integral de nuevos territorios ha de posibilitar una operación creativa y -en simultáneo- un proceso relevante de generación de economías a través del protagonismo de la producción industrial de pequeña y mediana escala. Un acontecimiento que, en su conjunto, ha de poder activar un detonador excepcional para el cambio de las tendencias intensivas del crecimiento urbano de las metrópolis de Buenos Aires.
Para acercarnos hacia este diferente escenario es importante reconocer el proceso -hoy ya en curso- que ha de ocurrir con motivo de la migración de las industrias existentes en zonas ya consolidadas (pero con dificultades ambientales u operaciona- les, o ubicadas en locaciones obsoletas o fuera de normativa) hacia parques industriales, lo cual a su vez las asocia a un orden planificado y a nuevas tecnologías de seguridad y comunicación.
Este movimiento está relacionado con más de 7.000 industrias de diversa escala que en los próximos años se han de radicar en parques industriales, a fin de adquirir un mejor ámbito físico y de calidad en su localización, con gran impacto y beneficios para su producción al mejorar su eficiencia y calidad funcional. Este acontecimiento de notable magnitud económica e impacto social favorece una innovación en el movimiento territorial al centralizar un multinivel de actividades productivas que han de atraer una dimensión significativa de personas para el ejercicio de sus ocupaciones. Esto permitiría incorporar, en ese mismo proceso de ordenación, zonas de equipamientos y residencias que eviten tanto los largos y conflictivos desplazamientos que miles de personas realizan diariamente a distintos puntos ya constituidos de las ciudades, como el desarraigo derivado de las migraciones que las alejan definitivamente de ellas ante la ausencia de actividades laborales que lo retengan y den sentido a su estar ahí.
Aquí es clave la relación entre el nivel de productividad y el capital humano en ciudades de todas las dimensiones, vinculado gracias a la evolución territorial que posibilite la integración de la industria local a circuitos de nueva accesibilidad.
En ese sentido, y en tanto el desarrollo de espacios para la actividad industrial estará cada vez más alejado de los centros urbanos debido a la escasez de tierras de dimensiones adecuadas a menos de 40 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es estratégica la oportunidad que brindan los corredores Norte hacia Zárate y Campana, el Oeste con la red de movilidad derivada del próximo cruce del Camino del Buen Ayre y la AU Ezeiza Cañuelas, y el Sur organizado en torno al anillo logístico de la R6, que une incluso los puertos de Zárate/campana y Ensenada /La Plata e integrado a la conectividad de la R210, Avellaneda, Lanús, Lomas, a fin de conformar un circuito fundamental para la generación de este cambio de época de la metrópolis de Buenos Aires.
En función de ese sistema de conectividad, los parques industriales tendrán la oportunidad de transformarse en colonizadores de nuevas zonas urbanas al dar sustentabilidad a este nuevo modelo de ordenación territorial a partir de la inversión integrada de accesos y vialidades, servicios de energías, plantas de tratamiento de aguas y de reciclaje de residuos, y la conectividad a tecnologías digitales de comunicación. Se configura así la base de un diferente proceso de crecimiento metropolitano al impulsar, con su localización, la radicación de viviendas más sus equipamientos de servicios educativos, de salud, culturales y comerciales, posibilitando la creación de polos fundacionales que han de convocar habitantes a través de un orden urbano innovador. Fundamentado todo ello por el sistema productivo, posibilitando incluso que zonas con dificultades de sustentabilidad y vulnerabilidad social y ambiental, comiencen a visibilizar un proyecto integral de mediano y largo plazo.
Es en ese contexto donde el desarrollo de nuevos hábitats productivos, y el estudio “Subamos el estándar para ciudades productivas en América Latina y el Caribe” del Banco Mundial, coinciden al establecer un valor exponencial para la creación de un “entorno propicio” a fin de garantizar que, tanto las ciudades pequeñas como las grandes, puedan ser lugares atractivos para que los habitantes vivan y trabajen en ellas. «