UN PROYECTO GASTRONÓMICO GENERADO DESDE LOS CIMIENTOS
Local Dandy. Sobre un terreno en esquina abandonado se proyectó un local de comidas que requirió un fuerte tratamiento en las construcciones adyacentes.
El proyecto para un nuevo local gastronómico de la cadena Dandy se desarrolla sobre un terreno atípico, tanto por el entorno arbolado y las vistas sobre la Avenida Figueroa Alcorta como por las restricciones del código de edificación, cuestiones a las que se agregaba la magra situación de borde aislado y desmembrado del tejido urbano.
Según explican desde Box Arquitectura -autores del proyecto-, “la obra se desarrolló en un solar de 90 m2, a partir de un encargo que pretendía levantar el edificio desde sus cimientos. Nuestro cliente requería de una planificación general que involucraba los terrenos adyacentes con todos los servicios: áreas de sitting exterior, estacionamiento y valet parking, carga-descarga de proveedores, vestuarios, depósitos y seguridad”.
Si bien el encargo exigió un análisis y trabajo sobre un área varias veces mayor a la inicial con los mismos honorarios -cuentan los proyectistas-, esto permitió reordenar e integrar dicha esquina al entorno urbano, mejorando la situación de edificio isla desconectado y encerrado entre medianeras.
La situación cambió para mejor, según los proyectistas, al poder desintegrar los muros medianeros y reordenar la superficie del estacionamiento vecino, ubicando el espacio sobre Figueroa Alcorta en otro terreno del mismo cliente con salida a la calle Castañeda.
“De este modo expandimos el sitting con un jardín de invierno -señalan desde Box-, que llamamos Galpón Alcorta, con inmejorables vistas y orientación. Esto también nos permitió rediseñar dicho frente sobre la avenida y multiplicar por seis dicho frente, ganando en visibilidad y presencia”.
Los servicios y galpones de depósitos se reubicarían también sobre el lote con salida a Castañeda, para permitir descargas y separar las maniobras de los proveedores y los clientes. “Logramos unificar los ingresos a Dandy y al grill sobre un nuevo pórtico de acceso sobre la calle Sucre, mejorando y cerrando la plaza seca interior”.
Una vez resueltos los servicios y las circulaciones, el restorán podría expandirse internamente, mejorando la seguridad, la comodidad y la privacidad requeridas. “Ampliando las áreas de sitting en planta baja -explican los proyectistas- multiplicamos la capacidad y pudimos llegar al ambicioso número exigido por el cliente”.
En estas circunstancias, el edificio debía abrirse hacia todas las direcciones. “Ya no contábamos con las típicas medianeras como espaldas y los espacios principales hacia la línea municipal. Por eso creamos un espacio interior apto para ser utilizado por los clientes”.
Así se decidió abrir la cocina e integrarla al salón en una planta baja completamente libre y fluida. Sólo los volúmenes con servicios quedaron aislados, mientras que las barras y mostradores quedaron expuestos a la experiencia del cliente”.
En esta circunstancia es que el horno a leña pasó a ser una pieza central en la composición y el carácter del espacio interior, que se distingue por la simpleza, la austeridad y la monocromía de sus materiales.
Los materiales dominantes en estado pleno (madera, hierro, hormigón, cemento, entablonados, azulejos y mosaicos) conviven con texturas propias y con el blanco y el negro. La planta alta, solicitada como salón de usos y eventos privados, cuenta con vistas completas piso-techo hacia los parques y las copas de los arboles que parecerían invadirnos el interior. «