APRENDER DE LOS ACIERTOS Y LOS ERRORES DE LOS COLEGAS
Por mucho tiempo el debate entre ciudad formal y no formal nos tuvo en un callejón sin salida. Hubo de todo: desde los que quisieron reubicarlas, o erradicarlas o los que intentaron pasarles por encima con la topadora. Sin embargo, a fuerza de hechos, la realidad se mostró contundente, casi inevitable. Vimos cómo esas poblaciones crecieron vertiginosa y hasta peligrosamente al margen del Estado sin que fueran acompañadas por las infraestructuras y normas de habitabilidad necesarias para darles cierta calidad de vida. De los brasileños y su exitoso plan Favela Bairro aprendimos que nutrirlas de esas infraestructuras, de calles, de plazas, de equipamientos, era una manera de generarles las arterias que inyectaran “sangre” nueva al tejido, que fue regenerándose y consolidándose Medellín mostró cómo estos procesos de urbanización pueden ayudar a los procesos pacificadores y de integración social. Creando espacio público de calidad lograron que la gente perdiera el miedo y volviera a disfrutar de la calle y de sus plazas hasta entonces terreno de sicarios y narcotraficantes. Su Metro Cable y la red de escaleras mecánicas jalonadas por edificios públicos de calidad, como las escuelas y las bibliotecas parque, revitalizaron la vida pública. Buenos Aires tomó cartas en el asunto y está trabajando para urbanizar sus villas. Entre otras obras, en la Villa 31 están haciendo el Polo Educativo, viviendas, varias infraestructuras y proyectando el Parque en Altura y el edificio puente para el BID que la integrará a la Ciudad. En la Villa 15 han demolido el histórico Elefante Blanco y en el predio vecino están levantando el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. Y en la villa Rodrigo Bueno están construyendo viviendas y acaban de elegir el proyecto de Monoblock para construir un centro cultural que se llamará el Faro de la Cultura. Volviendo a las lecciones de Medellín, en referencia a obras como la Biblioteca Parque España, hace algunos años pregunté cuál era la idea de generar arquitecturas tan grandilocuentes en esos enclaves urbanos. Felipe Uribe, uno de los arquitectos de la movida paisa, me contestó: “Es que no queremos dar respuesta solo a la estricta necesidad. Queremos ir más allá, a lo aspiracional, que también esta gente merece”. Por caso, la Biblioteca Parque España, proyectada por Giancarlo Mazzanti en una de las zonas más pobres de Medellín, es como unos bloques de piedra enclavados en lo alto del Cerro Santo Domingo.
La metáfora visualmente potente salió cara. En menos de 10 años, hubo que desmontar toda su envolvente para volver a construirla. Un caso que nos invita a pensar que no solo tenemos que aprender de los aciertos de los colegas de la región, también de sus errores.«