Marca de calidad.
El Ministerio de Producción de La Nación otorga el Sello Buen Diseño a los productos que se destacan por su innovación y sustentabilidad. Los elegidos de la edición 2018.
Los elegidos de la edición 2018 para la distinción oficial Sello Buen Diseño.
El Sello de Buen Diseño argentino es una distinción oficial que otorga el Ministerio de Producción de la Nación a los productos de la industria nacional que se destacan por su innovación, por su participación en la producción local sustentable, por su posicionamiento en el mercado y por su calidad de diseño. Busca fomentar y potenciar a los estudios que incorporan estrategias de diseño y demuestran una mejora en sus procesos industriales para promover su competitividad.
En esta 8° edición, el comité de evaluación del programa distinguió productos por categorías: equipamiento, mobiliario e iluminación; línea blanca y electrodomésticos; juegos y juguetes; indumentaria, calzado y accesorios, entre otras.
Entre las opciones de mobiliario, se destacan los estudios Cano Rolón, Patricia Lascano, Federico Churba, Sticotti, Espinacorona y En Bruto. Se trata de diseñadores industriales que se distinguen por la calidad de las terminaciones, los materiales elegidos y el diseño funcional, fácil de armar y trasladar. Como las sillas desarmables del estudio En Bruto, que además permiten distintas configuraciones de color.
O la luminaria Maja, inspirada en la sombrilla japonesa, que reformuló la diseñadora Magdalena Boggiano. En madera torneada, aloja el panel de led (garantiza el bajo consumo). “La fuente de luz en contacto con la madera sólo es posible gracias a los últimos avances en tecnología led, que no generan tanto calor”, explica la autora.
En tanto, la firma El Espartano también obtuvo el sello de calidad por la línea de alfombras de autor. Según Leandro Domínguez, el autor de la pieza Arashi, “surgió por una búsqueda constante de lenguajes textiles. Me inspiré en patrones tomados del shibori y reimpresos con líneas de la naturaleza. Esta técnica artesanal tradicional de Japón genera motivos con cierto grado de imprevisibilidad, logrando resultados siempre diferentes. Ideal para convertir un living urbano en un refugio de sentidos”.
Los cuencos Corium, de 7 Rayos para vivir (Agustina Ruiz) permiten contener, guardar y descubrir. “Corium es una familia de tres contenedores de diferentes tamaños que se guardan uno dentro de otro formando una unidad. Inspirados en las geodas de la naturaleza (cavidades rocosas) pueden utilizarse para guardar y organizar distintos objetos ”, señala la diseñadora industrial.
La joyería contemporánea también integra el listado del Sello. Una de las piezas, originales, son los colgantes y accesorios de Cabinet Oseo, el estudio integrado por la escultora Celina Saubidet y la diseñadora Marina Molinelli Wells, quienes realizan piezashomenaje al cuerpo. “Buscamos rematerializarlo y transformarlo en joyas-coraza. Somos hijas de médicos, el vínculo de la infancia con la anatomía regresa de forma lúdica expresando la madurez artística. Cada joya es una pieza escultórica para ser portada”, definen las autoras.
Con el recuerdo nítido de los peones de las chacras patagónicas ovillando el descarte textil, Sabina Tiemroth diseñó una línea de accesorios que reflexiona “sobre los orígenes y la problemática de los desperdicios de la industria textil. Las líneas prolongadas en sentido vertical de los tejidos hacían referencia a senderos o calles por donde transcendía la vida, eran caminos naturales con bordes imperfectos, hechos con accidentes geográficos y cósmicos. Mientras que las líneas en sentido horizontal remitían a los estratos del cosmos vinculado a los planos de superación personal”, según la diseñadora.
Otra línea “sellada” es la colección de Red Puna y Tramando, la firma de indumentaria de Martín Churba que realizó un trabajo en conjunto con las tejedoras de Jujuy. «