El Faro, epicentro del barrio y centro comunitario
El equipo centró su propuesta en una distribución tripartita en planta que admite simultaneidad programática, apropiación espontánea de los espacios y etapabilidad constructiva.
Se ha diseñado una distribución tripartita en planta que admite simultaneidad programática, apropiación espontánea de los espacios y etapabilidad constructiva. La distribución de accesos y bocas visuales vincula íntimamente a este paquete edilicio tanto con el barrio, mediante su enfrentamiento con la plaza y la feria, como con el entorno natural.
Programas y actividades se ven divididos según su naturaleza activa o pasiva, para lograr usos simultáneos sin interrupciones mutuas. Organizativamente se pensó en una red de espacios que puedan ser apropiados espontáneamente por individuos o colectivamente por agrupaciones vecinales, dándole un sentido de uso comunitario al conjunto.
El principal gesto que manifiesta la intención integradora del proyecto es la aparición de una gran boca visual en el frente del conjunto, que permite intuir la realización de actividades en su interior y la conexión visual con la Reserva Ecológica, invitando a la aproximación. En esta primera instancia de acceso, el edificio insinúa su patio interior, conectado visualmente con todos los demás espacios. Como remate de este eje de continuidad barrio-patio-reserva se ubica la sala de exposiciones, a modo de elemento de encuadre visual.
En el módulo lateral más grande, que vincula el proyecto con el predio ferial, se ubica jerárquicamente la sala, con un sistema de gradas plegables que permite su utilización como sum o como escenario para actividades abiertas hacia el patio interno y hacia el sector de feria. En el módulo más pequeño, enfrentado al conjunto de viviendas, se disponen los programas más estáticos, en particular las aulas, biblioteca, administración, alcanzando una altura relativamente superior que le permite al conjunto dialogar apropiadamente con los bloques de viviendas cercanos.
La naturaleza unificadora de la propuesta corresponde a una idea del Faro como epicentro del barrio y centro comunitario.
La totalidad del edificio se encuentra inscripta en una trama que dispone módulos mayores de uso y menores de servicio de modo sintético en torno al patio central, distribuyéndo- los para responder de un modo que satisface las necesidades de circulación interna y de autonomía programática. Los tres módulos del edificio admiten su utilización en conjunto, o bien independientemente en forma simultánea.
La simpleza del diseño y técnicas constructivas elegidas dan margen para su concreción en etapas extendidas en el tiempo. Por ejemplo, en una primera instancia podría materializarse estrictamente la sala con sus sistemas de apoyo y circulación, mientras que el paquete administrativo con aulas y biblioteca podría ser añadido más tarde. Se trata en general de situaciones sintéticas, pero potentes en cuanto a flexibilidad y posibilidad de usos.
Valorando la imagen del barrio preexistente grabada en sus habitantes, el edificio busca establecer franco diálogo con estas nociones de la materialidad reconocida como propia por éstos, recurriendo al ladrillo como unidad generadora de textura, calidez y porosidad.
El edificio es sostenido por una estructura de hormigón armado en entrepiso sin vigas, que admite las luces requeridas por todos los programas, a excepción de la sala, que, debido a su necesidad de establecer una continuidad espacial sustancial, requiere la implementación de vigas reticuladas metálicas y también la incorporación de luz natural. «