El Parador Ariston, célebre ícono marplatense, podría ser convertido en Monumento Histórico.
La Cámara de Senadores de la Nación quiere convertirlo en Monumento Histórico. Además, habría que reconstruirlo. Una novela gráfica y un documental rescatan su historia y auguran un mejor final.
Un trébol de cuatro hojas es un trébol de la suerte. Cuesta encontrarlo entre todos los que tienen tres. Por eso dicen que si llegás a tener uno lo cuides como a un talismán. En una maceta primero, hasta que llegue al máximo de tamaño; adentro de un libro cuando ya esté arrancado, para que conserve la forma y la gracia en el tiempo. Y va a traerte suerte toda tu vida.
El Parador Ariston es un trébol de cuatro hojas, y sin embargo no tuvo suerte ni siquiera para él. Tiene más suerte en la novela gráfica de Gustavo Diéguez, porque ahí, en la ficción, es propiedad de Victoria Ocampo. Para su inauguración ella organiza una fiesta de disfraces.
Marcel Breuer, uno de los asistentes, consigue los trajes originales del Triadic Ballet de Schlemmer. La única condición que pone Breuer es que no se tomen fotos.
Victoria, a quien nadie le va a ordenar nada, contrata a Gómez para que tome fotos de incógnito. Lo que sigue es una serie de misterios hilados en una trama de novela negra. Así arranca el libro que publicará Diéguez. “Por fin alguien dignificando al Parador”, le digo. Él tose un poco y espoilea: “No te alegres mucho, en el policial acaba arruinado, igual que ahora”.
Sé que Fernando Velardocchio junto a la arquitecta Fernanda Lisso están haciendo un documental sobre este mítico edificio diseñado y construido en 1947 por Marcel Breuer –exponente clave de la Bauhaus- y los socios locales Catalano y Coire.
La película investiga desde los motivos que trajeron al arquitecto estrella a Buenos Aires hasta la situación actual. “Al principio -cuenta Fernando- fue una simple investigación sobre una obra descuidada del Movimiento Moderno. Pero de inmediato aparecieron testimonios de personas que vivieron o trabajaron en el Ariston, sumados a las agrupaciones barriales marplatenses que pelean por recuperarlo y convertirlo en centro cultural”. Y agrega: “Participan del documental los arquitectos Graciela Di Iorio, Alejandro Novacovsky, Horacio Goyeneche, el especialista Enrique Madia y el arquitecto Hugo Kliczkowski, quien en los últimos años ha tomado la iniciativa de exigir por la protección y recuperación del edificio. Y colaboraron la senadora nacional Marta Varela y el concejal marplatense Santiago Bonifatti, presentando proyectos normativos en el Congreso Nacional y en el Concejo Deliberante de General Pueyrredón”.
También vi el trébol en la exposición de la Bauhaus del Museo de Arte Decorativo, hace muy poquito. Estaba en una foto del día de la inauguración, expuesta en el subsuelo junto a facsímiles de las sillas Bauhaus que se podían probar y al spot televisivo de la exposición que se hizo en el MNBA en los setenta.
Tanto el documental como la historieta parecieran reforzar la teoría de que el Parador Ariston no tiene suerte, desmintiendo la predicción de las cuatro hojas. Sin embargo, hoy tenemos una buena noticia. A un año de los festejos del cumpleaños número cien de la escuela alemana, el edificio obtuvo media sanción en el Senado para convertirse en Monumento Histórico
¿Qué vamos a hacer? ¿Dejarlo como está hasta que se caiga solo? ¿Demolerlo? El Parador es pequeño, casi una alhaja. Hay que enviar un joyero a repararlo.
Nacional. El Ariston, ubicado en La Serena de la ciudad de Mar del Plata, espera ahora la decisión de los diputados. El pedido de protección fue realizado en change.org con el apoyo de 13.670 firmas.
El arquitecto Madia y otros expertos consultados del ICOMOS plantean sus dudas acerca de si la estructura puede aún salvarse, por el estado de deterioro que acusa. Pero la pregunta es: si no lo salvamos, ¿Qué vamos a hacer? ¿Dejarlo como está hasta que se caiga solo? ¿Demolerlo? El Parador es pequeño, casi una alhaja. Hay que enviar un joyero a repararla, y hay que visibilizar lo máximo posible todo el proceso.
A Hugo Kliczcowski se le ocurrió hacer una página con toda la historia que circula por ahí. Se puede ver en http://onlybook.es/blog/el-parador-ariston-una-ruina-moderna-por-hugo-a-kliczkowski/.
A mí se me ocurrió una acción plástica, una especie de happening. Empapelar el Ariston, como si fuera una encomienda que mantenga su forma externa y proyectar allí las fachadas originales. Para verlo otra vez nuevo en escala real. Y organizar en sus exteriores una fiesta con actores disfrazados no ya del histórico ballet mecánico, sino con disfraces nuevos, actuales, pensados a la manera de la Bauhaus. Registrar la noche en un video.
Sería maravilloso llegar a los cien años con el edificio restaurado, pero no creo que den los tiempos. De mi evento creativo participará la FADU, con un grupo de arquitectura armado por la arquitecta Sanjurjo, uno de Diseño Gráfico y uno de Indumentaria y Textil a confirmar, más la cátedra de Campos/trilnick en Imagen y Sonido. La acción (¿poética? ¿lúdica? ¿plástica?-) sería una simulación de lo que podría suceder en ese lugar si esta obra de arquitectura estuviese viva. Sostener la arquitectura para sostener la memoria.