Mención Hotel Vista Pinamar, Antonio Carrasco,
En Villa Gesell, un hotel se plantea tres objetivos: dotar de buenas visuales a todas las habitaciones, alcanzar una estética imponente y armonizar no sólo con su entorno actual, sino con el futuro.
El conjunto, situado en el límite sur de la ciudad de Villa Gesell, es un hotel para veraneo, con sus habitaciones, zonas comunes y áreas de spa. Este programa se ordena en cinco plantas: un nivel intermedio de acceso, donde se sitúan la recepción, las habitaciones, la cocina y la cafetería; un nivel inferior para salón de usos múltiples, vestuarios y cocheras; dos niveles superiores de habitaciones; y un último nivel de habitaciones, spa y áreas técnicas. Éste se prolonga hasta el nivel de la cubierta, donde se encuentran el solárium y la piscina.
La solución consiste en una plataforma niveladora que recibe el volumen del hotel, el cual está retranqueado respecto de la calle y se eleva desde la plataforma a la espera de otras arquitecturas que se realicen en el futuro. La plataforma equilibra el volumen vertical del hotel con la escala del entorno asumiendo su condición de zócalo.
La distribución parte de la lógica de que todas las unidades tengan buena vista al mar. Esto se resolvió colocando todas las habitaciones en un mismo sentido, tanto las frentistas al mar con el aventanamiento en el lado menor; y las habitaciones laterales en el lado mayor, para que tengan vista en escorzo.
El edificio se presenta con el basamento a modo de proa, avanzando sobre la pendiente, sobre la cual recae la responsabilidad de la presencia notoria del hotel desde el exterior. Se ubicó el acceso en el lado opuesto, vinculado al mar, para luego tener una posición privilegiada sobre el entorno.
Se tomó como premisa para el ordenamiento de relaciones visuales, que solamente el océano se vea desde las habitaciones; y el entorno, solo desde las circulaciones. Unificando programas hacia el exterior, nos ocupamos de que todas las circulaciones obligaran al visitante a estar en relación directa con el exterior.
Un edificio de hotel es un programa abandonado a la arquitectura de la piel, no hay programa con temas tan preestablecidos, sobre los cuales realizamos investigaciones programáticas. Hemos definido una única unidad de habitación a la que se sumó una kitchenette. Solo alteramos el programa de apoyo, logrando una variación de relaciones internas en la propia habitación, como así también en las relaciones generales.
La intención fue llevar a cabo un replanteamiento claro, una volumetría sin disonancias y una fachada tipo contenedor que fuera capaz de diluir la ubicación de habitaciones, baños y circulaciones, en una calle donde los chalets “californianos” exhiben con dignidad su esplendor de otro momento del país.«