2° Premio Casa Newman, Arqs. da Mota-falcón,
Mediante operaciones de ahuecado en un volumen puro de ladrillos pintados de blanco, se generan diferentes escalas, se tamiza la relación con el verde y se impide las vistas vecinas.
Desarrollamos la Casa Newman en un terreno del Conurbano, en un barrio cerrado cuya cualidad más significativa es su consolidada vegetación, una presencia que, junto a las condicionantes especificas del lote, prefiguraron la primer aproximación a la hora de definir el proyecto.
La premisa fue crear una organización espacial que capture y conviva con los rasgos característicos de paisaje que el sitio propone.
La casa responde a un arquetipo reconocible: un prisma de base rectangular vaciado en sus e extremos para encontrar la luz. El volumen de ladrillos se controla mediante operaciones de ahuecado que aportan diferentes lecturas de escala.
Se desarrolló un sistema de patios, galerías y logias que componen un todo, donde la relación interior exterior se da de forma interrumpida con el fin de preservar el espacio domestico de las construcciones aledañas.
Esta organización espacial sin grandes jerarquías prefigura un gran espacio continuo y sinuoso, definido por la relación de llenos y vacíos que se dan dentro de esta composición. Dicha intermitancia identifica las diversas escalas de los típicos usos domésticos.
Una nueva interioridad refleja un paisaje novedoso frente a las tipologías más clásicas que ocupan estos solares. La gran caja abstracta y horadada manifiesta en sus operaciones las distintas relaciones de largo y corto alance que el paisaje propone.
La organización funcional de la vivienda se da en dos niveles: por un lado, la planta día, donde la vivienda se relaciona en función a lo más inmediato mediante la combinación de patios-loggias y aloja los usos más públicos; por el otro, la planta noche aloja los recintos destinados a los dormitorios con dos terrazas que buscan relaciones de largo alcance en masas arbóreas aledañas. Esta diferencia de paisaje que buscan ambas plantas dividen los usos típicos de la vivienda.
La producción masiva de la arquitectura de esta región está ligada a una mano de obra que tiene su mayor destreza vinculada a materiales como el mampuesto o el hormigón in-situ.
Nos interesa expresar la idea de lo permanente ligada a la condición arquitectónica. Por eso utilizamos el mampuesto, que por su aspecto monolítico, por su densidad y dimensiones, expresa mejor la condición de lo permanente.
Este tema es de vital interés, así como también la utilización de un material en función de su claridad geométrica y la continuidad de los espacios. En este sentido, el interés prioritario no está en aquello que se construye sino en el espacio que, mediante esta construcción, se define y configura. El ladrillo resume todo el volumen y se incorpora naturalmente en el tejido de viviendas que el barrio posee. «