2° Premio Casa Dique Río Luján, FRAM Arquitectos,
La presencia de especies tropicales y la cota de inundación fueron factores determinantes para diseñar una casa de madera y chapa y apoyada sobre palafitos.
Con una impronta típica de los pueblos del Delta, Dique Luján es una pequeña localidad ubicada en el Norte de la provincia de Buenos Aires, delimitada por el Río Luján y el Canal Villanueva. El entorno se caracteriza por tierras bajas rodeadas de grandes espejos de agua que favorecen el desarrollo de una vegetación tropical abundante. Estas particularidades siempre influyeron directamente en la “arquitectura del Delta”, por lo que consideramos necesario estudiarlas, a la hora de abordar el proyecto, a partir de dos datos determinantes: por un lado, las esporádicas crecidas del cauce del Río Luján, marcando una cota de inundación máxima de un metro sobre el nivel cero; por otro, la presencia de ejemplares arbóreos, como un Nogal Pecanero y un Ciprés Calvo típicos del Delta del Paraná.
Estos datos fueron determinantes a la hora de implantar la casa, tanto en horizontal, respetando e incorporando la vegetación, como en vertical, ubicando el nivel de piso terminado por sobre la cota de inundación. Esta última condición remite directamente al carácter de las construcciones tradicionales del Delta, disociando el plano de habitar del de expansión natural.
La casa se implanta en sentido longitudinal sobre el lado Sur del lote, aprovechando su dimensión y liberando la mayor superficie de terreno hacia las buenas orientaciones. Tanto la disposición programática como el corte de la casa responden directamente a esta decisión. Los locales de servicio están apostados sobre el límite Sur y los principales sobre el opuesto, permiten ganar orientación y apertura hacia el terreno.
Una circulación longitudinal en la que se suceden instancias de guardado, distribución y llegada, hace de límite entre los locales de menor y mayor dimensión, a la vez que coincide con la posición de la cumbrera. Así se produce una asimetría en la sección de la casa que se refleja directamente en los faldones de la cubierta. Esta se proyecta de libre escurrimiento y pendientes pronunciadas.
Tres patios interrumpen la continuidad del techo. El de mayor dimensión auspicia de llegada a la escalera desde el lote y funciona como expansión exterior, buscando recuperar lo perdido al levantar la casa. “El Patio del Nogal” rodea el árbol existente conservándolo e incorporando su tronco al paisaje interior de la casa. Por último se ubica un vacío, coincidiendo con el hall de acceso para tamizar la relación visual con el vecino. Una galería corrida de profundidad constante, salvo al fundirse con el patio de acceso.
Al no existir restricciones para acceder al lote con transportes tradicionales, la separación de la casa del suelo se resuelve mediante la ejecución de tres vigas de hormigón armado apoyadas sobre una serie de fustes que refieren a los palafitos isleños.
Una sucesión de pórticos estructurales de madera se posan sobre las vigas. Éstos delimitan los espacios interiores y exteriores, siendo a la vez estructura portante y espacial. Esta lógica constructiva se aleja del sistema tradicional del Baloon-frame, permitiendo flexibilidad en el armado de los espacios, las dimensiones y cantidades de aventanamientos. «