Una casa pensada para convivir con los árboles
El proyecto está dentro de un country que posee robles de gran porte y otras especies añosas. La vivienda, en hormigón y madera, se planteó teniendo en cuenta los claros del bosque.
El lugar de implantación es un lote en esquina en un country fundado en el año 1968 con una importante forestación de inicio, a la que los años le han sumado un incalculable valor. Diferentes especies de árboles y arbustos combinados otorgan valor paisajístico al lugar durante todo el año.
El lote a intervenir se presenta surcado por una hilera de robles de gran porte y especies variadas en uno de sus frentes y en los lotes linderos. El programa pedía una vivienda de uso permanente con el especial requerimiento de que posibilitara vivir intensamente la relación entre los espacios interiores y el exterior. Además de solicitar que la casa fuera de hormigón a la vista, también deseaban que la presencia de la madera rompiera esa expresión monocromática.
La casa debía contar con cuatro dormitorios, uno en planta baja y uno con baño y vestidor integrados; un estar amplio con chimenea y un ambiente para la intensa vida familiar que integrara el comedor, la cocina y un estar íntimo. También debía tener una amplia galería con parrilla, lugares para comer y estar al aire libre, una piscina y estacionamiento para tres autos.
Interesados por el entorno paisajístico, decidimos que el proyecto no sólo debía preservar los árboles existentes en el lote sino que sería esa vegetación el primero y fundamental dato de inicio del proyecto. Así, la casa debía desarrollarse acomodándose en los huecos libres que dejaban los ár- boles, para hacerlos parte de los espacios propuestos.
Decidimos trabajar con una grilla espacial de 3,80 metros de lado, de doble o simple altura según el caso, que nos permitiera resolver los diferentes ambientes y también los vacíos que dejan pasar los árboles.
En cuanto a la materialidad, decidimos que la planta baja y su prolongación en los espacios semicubiertos se resolvieran con tabiques de hormigón visto hacia el espacio público. Estos tabiques forman un zócalo continuo que se perfora más o menos según las necesidades de los ambientes que define y sobre el que se apoya una estructura más liviana.
Esta estructura se conforma a partir de perfiles metálicos y paneles con mínimas aberturas hacia las calles y terminación exterior de tablas de madera. Hacia el interior y envolviendo los robles, la casa es totalmente abierta, de manera que cada ambiente participa del contiguo y del paisaje.«