Informal y urbano.
El interiorismo del hotel Andaz, en Munich, con el diamante como motivo principal.
Desde el diseño, las decisiones acentuaron esos contrastes. Para el cielo raso utilizaron un entramado de madera, material típico de la arquitectura bávara, junto a tiras de aluminio anodizado. A la vista, una red en la que la opacidad de la madera chocaba con el brillo metálico.
Los espacios comunes de la planta baja desembocan en un ambiente común, híbrido y reconfigurable, pensado como zona de reunión y descanso con una pequeña isla de atención para los huéspedes.
El equipo de interiorismo incluyó mucho más folclore alemán en el diseño de los ambientes del Andaz. Entre ellos tomó como patrón la silueta del diamante, motivo principal de la bandera bávara. La forma se repite, en diferentes maneras, en todos los planos del hotel. La matriz de diamante es particularmente visible en el lounge y bar: en el piso de mármol, formando un elegante damero, y en el techo, espejado y con un original efecto de retroiluminación.
El lounge conecta con el restorán principal a través de una pared vidriada con un display que exhibe una colección de cuchillos de carnicero. El corazón del restorán es su cocina abierta. Debajo de una enorme campana de acero y vidrio muestra cómo se preparan los platos sobre las brasas de una impresionante parrilla.
Entrar en el salón de baile del Andaz Munich invita a viajar en el tiempo a las lujosas fiestas de la preguerra. Impresionante, de una altura de 5 metros y techo también en forma de diamante, con un sistema de iluminación con infinitos efectos.
La terraza del Andaz está ocupada por un sky bar. M’unigo está ambientado con una paleta de tonos metálicos y petróleos. “Representa la opulencia y la riqueza de la ciudad a la que mira desde las alturas”, explican desde Concrete. Esta organizada en torno a una estantería retroiluminada repleta de botellas que continúa hasta el cielo raso espejado, que refleja -a 5 m de altura- los envases de cientos de bebidas.
Las habitaciones están más inspiradas en la distribución de un loft que en la típica circulación de un cuarto de hotel. En lugar de paredes, los espacios están divididos por marcos y mamparas de acero opaco.
En el quinto piso se ubica el área de spa, piscina y deck. Siguiendo los mismos patrones poco convencionales que el resto del hotel, el área está inspirada en la figura humana. En el mismo piso se ubica un centro de fitness, donde una icónica escalera caracol conecta con la piscina, el deck y la terraza descubierta que es un escenario perfecto para pool parties con vistas espectaculares de Munich.
El programa del hotel incluye una planta anexa ocupada por el Café M. De piel vidriada, funciona como un bufet más descontracturado que el restorán del hotel y su sky bar. Abierto hacia tres de sus frentes, recuerda por la disposición de sus mesas a un picnic informal. Funciona como el comedor del personal y es una alternativa más accesible para huéspedes y vecinos de Schwabing. «