UNA CIUDAD QUE CRECE DONDE MENOS LO PENSAMOS
Editorial
La ciudad crece; y cuando crece la construcción informal le gana a la formal. Pero también crece de manera planificada atendiendo a los intereses sectoriales y no a un plan global.
En estos últimos días nos enteramos de que el Estado nacional está licitando la ampliación del Puerto Nuevo, la infraestructura invisible que, como le gusta decir a Berto González Montaner, nos convierte en porteños.
El puerto, nacido de la inicial voluntad de conquista y fundación de Buenos Aires, nunca dejó de existir, aunque cada día somos más ajenos a su funcionamiento. Del mismo modo que perdimos el disfrute y uso del río.
La reforma del puerto porteño se debe a un cambio en el tamaño de los barcos que parece no tener límite. Antes eran más chicos; ahora, la mayoría tiene más de tres cuadras de largo y en poco tiempo arribarán buques de 360 metros de largo y 50 de ancho. Para recibirlos, la reforma del puerto prevé una enorme península 1 kilómetro y medio de largo por 600 metros de ancho. Esto y otros reacomodamientos permitirán que el puerto mejore la pésima performance que hace que hoy sea “dos veces más caro que otros de la región y cuatro más que los europeos”, según datos oficiales.
Esta mirada sobre nuestra ribera olvidada invita a recordar una información que Montaner publicó la semana pasada en Clarín: ya se conocen las ideas para construir un futuro Distrito Joven en lo que es hoy la Costanera Norte.
En cincuenta y nueve hectáreas distribuidas en 7,6 kilómetros, el equipo de Joan Marantz, Alex Gazzo Huck y Gabriel Burgueño Galván propone nuevas infraestructuras y equipamientos públicos con un planteo que pone énfasis los valores ambientales, paisajísticos y urbanos. Pegado al Parque de la Memoria, el Distrito Joven agrupará usos gastronómicos, recreativos y culturales sobre tres grandes muelles y un Teatro Anfibio.
En los extremos norte y sur de este sector levantarán el Edificio Cultural de la Juventud y la Biblioteca y el Anfiteatro Joven, respectivamente. En la península en que está el Monumento a Colón se creará una Estación Fluvial y, sobre la Costanera, se colocarán foodtrucks.
Miradores, una “Playa Joven”, nuevos edificios a concesionar, equipamiento público, más muelles deportivos y hasta un faro completarán la oferta recreativa, gastronómica y cultural.
Puerto Nuevo y Distrito Joven podrían otorgarle a nuestra ribera una mayor diversidad y dinamismo. Una invitación a recuperar el río que, por alguna razón, alguna vez olvidamos.«