Protagonistas.
Con una carrera consolidada en Villa Devoto, la desarrolladora comenzó un proceso de transformación que revitaliza su marca. Las obras icónicas que componen su recorrido desde sus comienzos hasta los proyectos en marcha que muestran una identidad renovada
Las obras de MMCV que definieron su identidad y un camino innovador.
La evolución de MMCV se siente, al menos puertas adentro de la desarrolladora, como “algo natural”, como describe Sergio Andrés Solé, uno de sus arquitectos. Y así como en su momento proyectaron un edificio escultórico como Mercedes 3880, de aventanamientos de piso a techo, hormigón visto y volúmenes desfasados cualidades que cimentaron su marcahoy reactivan su identidad incorporando nuevos elementos. La intención: seguir generando íconos que combinan identidad barrial con toques modernos.
En el caso de Asunción 4125, por ejemplo, el proyecto cuenta con locales, en sintonía con un barrio que está consolidándose como área comercial. Según explican sus autores, su morfología es una reinterpretación de los chalets aledaños. El edificio se organiza en un volumen superior de techos inclinados de hormigón a tabla donde se ubican cinco ateliers en doble altura. En su basamento se sitúan los dos espacios comerciales que, retirados de la línea municipal, brindan amplitud a las veredas.
Este emprendimiento se encuentra enfrente de las oficinas de la desarrolladora, en el edificio Mercedes. En detalle, éste está integrado por tres volúmenes articulados entre sí, de líneas simples y un basamento austero que otorga mayor protagonismo a los niveles superiores. Por debajo de las oficinas, el bar Alicia, diseñado por uno de los socios, Sergio Mizraji, y el estudio Nidolab Arquitectura, se
extiende hasta ocupar también el subsuelo de uno de los tres volúmenes. En palabras del proyectista, el restaurante quedó “determinado por las características morfológicas y materiales del edificio” y “da respuesta a la voluntad de crear un espacio de categoría distinto a los existentes”.
La planta baja está completamente destinada al salón. En tanto, la cocina se ubicó en el subsuelo, junto a un bar que funciona como un espacio diferenciado dentro del local que permite un uso privado y complementario. Los espacios en el salón se organizan en torno a un anillo central conformado por un cubo de madera petiribí. Esta pieza genera sectores diferenciados dentro de una planta abierta, permite el paso de la luz natural, y mejora la acústica del interior. Los espacios exteriores están determinados por el mobiliario, una serie de canteros, y una mesa comunitaria ubicada en el patio central.
Uno de los puntos a favor de la desarrolladora MMCV es su conocimiento del barrio. Sus socios se criaron en Villa Devoto y parecen tener una sensibilidad entrenada en cuanto a lo que le falta, cómo son sus vecinos y qué les gustaría a éstos. “Villa Devoto es un barrio que no se parece a ningún otro de Buenos Aires, tanto por su gente como por su morfología, y su movimiento”, sostienen.
Con esta convicción en la palma de la mano, diseñaron “Mecha”, y así lo cuentan: “La idea era crear una parrilla que no se parezca a ninguna otra. Había que aprovechar al máximo las particularidades del terreno, con todo el espacio exterior que había disponible y con un edificio existente con una imponente arquitectura. El diseño del restaurante no podía quedarse atrás y debía dialogar con lo que lo rodeaba. Se limitó la paleta de materiales y se utilizaron en diferentes aplicaciones. Mediante la implementación de un entrepiso generamos una diferencia en la escala espacial del salón, que hace que el impacto al salir al patio sea aún más fuerte. Era muy importante la relación entre el interior y el exterior, las carpinterías de frente y contrafrente debían abrirse por completo generando un paso libre entre la vereda, el salón y el patio del fondo”.
El pulmón libre, con árboles, y construcciones vecinas son parte del paisaje que les interesaba resaltar. “También proponer un uso desde la vereda, sabiendo que la gente que camina por el barrio va despacio, mira, entra… Nuestro objetivo es que Mecha sea parte del folclore del barrio”
Aquí, los módulos exteriores responden a la necesidad de expandir los espacios cubiertos que se puedan usar como salón los 365 días del año. “Si bien la superficie del proyecto era muy grande, los metros cuadrados cubiertos no eran muchos. Necesitábamos construir lugares cerrados, climatizados, que sirvan como extensión del salón, y que se adapten al estilo de vida del barrio, Villa Devoto, donde es habitual la salida en grupo, en familia”.
Así surgieron estos módulos, que toman las alturas de 3,5m, 4 m y 5 m, siguiendo las líneas que están presentes dentro del proyecto y en el edifico existente en donde se implementaron. Los proyectistas señalan: “Nos interesaba trabajar en el diálogo de estos grandes bloques vidriados con los balcones vidriados del edificio. Los módulos los nombramos como Norte, Sur y Oeste, y pueden reservarse por separado”.
Están construidos en perfilería de hierro y todas sus caras son vidria
das con la posibilidad de ser abiertas.
Pedro Morán 3851 expresa bien esta cercanía a las preferencias de las familias de Devoto. Este edificio de viviendas fue construido en un lote triple, en el centro de la manzana. El conjunto de la fachada trabaja horizontalmente expresando las losas de hormigón visto que señalan los cuatro niveles de departamentos y verticalmente con planos que se inclinan cambiando de dirección. Se ubicaron dos departamentos por piso, con expansiones de las salas de estar hacia el frente y las aperturas de los dormitorios en todo el contrafrente. La planta baja es libre, el palier transparente y despojado de artefactos de iluminación que se incorporan en los pasamanos. A los lados de ubican las cocheras, y en el fondo un salón de usos comunes. Un volumen de color negro se proyecta sobre la pileta y funciona como spa y gimnasio.
Esta intención se reitera en Habana 3939, un edificio de viviendas de planta baja y tres niveles. El proyecto se
levanta a partir de un conjunto de losas blancas que acentúan la horizontalidad del lote. Las fachadas se resuelven, casi en su totalidad, con carpinterías y columnas redondas de hormigón visto que permiten aprovechar las visuales a la plaza y agronomía. En la esquina, las losas del primer piso se cortan y acentúan el acceso en doble altura.
La planta baja se compone de estacionamientos y áreas comunes (pileta, sauna, sum, parrilla, solárium). Las plantas superiores difieren en cada nivel de la obra con distintas tipologías que, sumado al movimiento de losas y cerramientos, generan grandes expansiones propias de cada departamento.
En Salvador del Carril 3321, en tanto, el proyecto residencial introdujo además espacios profesionales. En la planta baja y en doble altura un gran zócalo comercial funciona de basamento. Por encima de éste se destacan los parapetos de los balcones marcando la horizontalidad del proyecto. Coronando el edificio se encuentra un restaurant con vista panorámica al cual se accede por un ascensor vidriado exclusivo funcionando como un faro urbano y desde donde la vista se extiende hacia los cuatro puntos cardinales de manera totalmente abierta.
Solé aclara: “Ahora que somos conocidos en la zona tratamos de hacer cosas innovadoras, con edificios que tienen la intención de ser icónicos, de marcar un puntos de referencia. Creemos que hay espacio para que se genere esa innovación”.«