Interiorismo.
En Saavedra, las nuevas oficinas se distribuyen en nueve niveles conectados por un sistema de escaleras que propone recorridos aleatorios y promueve el relacionamiento entre pares.
Los conceptos con los que el estudio E+I diseñó las oficinas de Mercado Libre en Saavedra.
Las nuevas oficinas de Mercado Libre en Saavedra ocupan nueve pisos del edificio que perteneció a la fábrica de Philips. La compañía de comercio electrónico es pionera en la colonización del Polo Dot, un mega desarrollo de 193 mil metros cuadrados de usos mixtos que emprendió IRSA (ver pág. 21).
Para transformar la estructura industrial existente en áreas de trabajo, Mercado Libre promovió un concurso privado en el que especificó sus pretensiones: espacios flexibles que lograran captar y retener el talento que integra la empresa.
“Necesitaban reproducir el carácter innovador, juvenil y distintivo de Mercado Libre. El pedido, particularmente, hacía hincapié en el diseño de un sitio comunitario que fomentara el intercambio constante”, explican los autores del proyecto. La propuesta ganadora fue desarrollada por tres estudios en asociación estratégica: Elia-irastorza, BMA y Methanoia. Juntos, diseñaron un espacio dinámico, multifuncional y adaptable a diferentes situaciones; un lugar que nutre tanto el trabajo colectivo como el individual.
“El proyecto consiste en una reinterpretación del concepto de ‘escalera social’ mediante un sistema de escaleras que comunica los pisos en forma democrática y dinámica, distinta al clásico diseño lineal”, definen los proyectistas.
Los protagonistas de este sistema son los links o puntos de interconexión, que consisten en una suerte de tubos con forma ovalada distribuidos a lo largo de los pisos. Estos conectores reemplazan la escalera tradicional y su orden jerárquico por una serie de pasadizos que permiten navegar el edificio con recorridos aleatorios.
Estos links promueven el encuentro y el intercambio de ideas, una dinámica muy presente en el diseño de espacios de trabajo innovadores. A su
vez, dejan de ser escaleras convencionales para sumar funciones y convertirse en áreas recreativas o salas de reunión y capacitación.
Esta organización a partir del sistema de links plantea una alternativa a la forma de comunicación tradicional entre los niveles de un edificio buscando “democratizar el espacio”. Así, en lugar de disponer una escalera en un único lugar que una los pisos de manera lineal y directa, el proyecto propone la conexión de una forma no secuencial.
“Las oficinas se pueden recorrer a lo largo de sus nueve pisos haciendo caminos diferentes a través de los links, al igual que en informática el hipertexto organiza y vincula fragmentos de datos de forma no secuencial en un conjunto coherente a través de enlaces”, compara la memoria de los autores.
En el sexto piso, estas gradas revestidas con madera se transforman en un auditorio abierto. “El dinamismo pretendido del diseño se plasma en la organización de la oficina en sus nueve pisos, donde el sexto se vuelve el nivel central, el corazón de la oficina desde donde se distribuyen los diferentes espacios hacia los niveles superiores e inferiores”, describen.
La transformación del edificio industrial se apoya también en la necesidad de armonizar el espacio de trabajo, para lo cual apelaron a la incorporación de vegetación. En el interior de las oficinas, el estudio Bulla diseñó unos puntos verdes con vegetación subtropical para proveer un lugar íntimo de trabajo o distensión.
Cada uno de estos “micro ecosistemas interiores” está integrado por distintos tipos de plantas, para que cada uno tenga una identidad propia. Con lo cual, la vegetación participa con instalaciones en varios formatos. Por ejemplo, se dispusieron maceteros de diversos tamaños y canteros asociados a las gradas y el equipamiento. También se conformaron unas islas verdes que ofrecen privaci
dad a los puntos de reunión; y paredes vegetalizadas. Además, en uno de los pisos se diseñó una terraza verde que sirve de expansión al comedor y ofrece espacios diversos para realizar actividades recreativas.
El arte es otra de las premisas en las que se basa la propuesta de interiorismo y se integra a la arquitectura. Un conjunto diverso de intervenciones artísticas conecta al espectador con la naturaleza a partir de la utilización de diversas técnicas y materiales aplicadas a los elementos. Mediante estas intervenciones, los proyectistas buscaron expandir la consciencia a través de los sentidos, proponer un recorrido de color y texturas. Es el caso del nivel principal, el sexto piso, en donde un gran móvil de 24 metros de largo por 4,50 de ancho parece flotar sobre las gradas. También se incluyeron murales de cerámica multicolor.
El diseño interior maneja una paleta simple de materiales, fundamentalmente vidrio y madera que, combinados con los espacios verdes y el arte, generan un ambiente laboral cálido. A su vez, las áreas de trabajo son despejadas para permitir las conexiones visuales entre las personas.
Los solados combinan pisos vinílicos en lamas con tablas de madera natural y alfombras modulares tratadas como carpetas de diseños únicos. Estos revestimientos se eligieron porque, según los proyectistas, “contribuyen a dar una identidad hogareña y de confort a cada espacio de encuentro y descanso”.
Las nuevas oficinas de Mercado Libre exigieron la provisión de conectividad inmediata desde cualquier punto del edificio y el uso responsable de la energía. Con la ejecución de obra a cargo de Contract y el gerenciamiento por parte de Cushman & Wakefield, las oficinas están certificadas como LEED Platino, al igual que el edificio.
Lejos de los lineamientos de las oficinas tradicionales, cada mañana los usuarios pueden elegir según su necesidad entre distintas tipologías de trabajo a partir de la configuración de sectores que ofrecen diferentes niveles de privacidad y movilidad. “Surge un nuevo espacio, pensado desde sus inicios como un lugar donde los usuarios quieran ser parte y permanecer”, resumen los autores. «