Expo 2023.
Dos construcciones existentes en el predio serán refuncionalizadas para alojar un miniestadio y un pabellón ferial como parte de la infraestructura para la exposición internacional.
Detalles del proyecto ganador para la creación de un miniestadio en Tecnópolis.
La Exposición Internacional 2023 celebrará durante tres meses las “industrias creativas”. Cuenta con un masterplan de arquitectura que incluye algunos edificios nuevos y la adecuación de espacios existentes en el predio de Tecnópolis. Por este motivo, el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos promueve seis concursos de ideas para desarrollar la infraestructura de la exposición, que luego quedará como legado. La idea es convertir Tecnópolis en un gran parque metropolitano dedicado a la ciencia y el conocimiento, en continuidad con el tema de la Expo 2023.
Ya están definidos los proyectos para el Pabellón Argentino, el ícono de la antena-mirador y los Pabellones Internacionales. Ahora fue el turno del Miniestadio y Pabellón Internacional, que plantea la intervención de dos construcciones existentes que pertenecieron al Regimiento del Ejército Argentino.
En esta oportunidad se presentaron cuatro proyectos, de los cuales el jurado distinguió a dos. El primer premio fue para el proyecto del arquitecto Walter Casola. El jurado destaca la “flexibilidad y neutralidad en la etapa del legado, tanto para el pabellón como para el mini estadio”.
En efecto, para las etapas de expo y legado, las bases buscaban flexibilidad de uso, con la posibilidad de subdividirse y la integración con el espacio exterior. Se estima una concurrencia de nueve millones de visitantes (unos 100 mil por día) durante los tres meses de la expo, con picos que seguramente duplicarán ese número. Con lo cual, según el jurado, era necesario contar con espacios fuelle: “El trabajo responde con un espacio generoso en concordancia con el bulevar, un espacio donde ese flujo se conecta con el edificio”. También logra dar respuesta a las bases en cuanto “el sector que oficia de conexión entre ambos podrá reconfigurarse sin superar la superficie interior existente, según señala la memoria.
Casola propone un “hall conector” articulando y uniendo los foyers de las salas, conformando un sistema público de arribo. Así se genera también una conexión visual hacia el “patio de la araucaria” reforzando su sistema verde y posibilitando a futuro actividades al aire libre. El foyer lineal se concibe una pieza pasante a modo de calle social cubierta que se relaciona hacia el Oeste con espacio pú
blico y a los futuros pabellones internacionales hacia el Este.
“Las nuevas salas del pabellón internacional y mini estadio se conciben como salas de geometría pura, optimizando su forma y función, logrando un contenedor neutro, flexible y con capacidad de subdivisión a futuro”, describe el autor.
Sobre la sala del pabellón internacional propone un sector de depósitos y sanitarios, aptos para funcionar en paralelo o alternados, optimizando el recorrido de instalaciones sanitarias. En la sala del mini estadio se propone una pieza en forma trapezoidal logrando la optimización de dicha figura y liberando la sala a una geometría pura y rigurosa.
Para el autor, se trata de una “cáscara neutra y silenciosa que durante el día se mimetiza con el entorno inmediato y que durante la noche actúa como una linterna de escala urbana logrando así una arquitectura que mutua en el tiempo, expresando un hito cualificado dentro del marco Parque Tecnópolis”.
El segundo premio fue para el trabajo del equipo de Gonzalo Pérez y Marcela Orcaje. “Se destaca la decisión de una envolvente espacial contenedora la cual enfatiza y potencia espacialmente los programas que contiene y a su vez totaliza una imagen neutral en relación a los pabellones vecinos”, expresa el jurado.
El planteo se basa en el análisis de la preexistencia y los grados de protección definidos en el concurso y plantea una serie de premisas para la estrategia proyectual. A partir de ahí desarrolla una valoración espacial, tipológica y material de las naves industriales: “El espacio central que desarrolla las naves principales se convierte en el corazón del proyecto desde el cual se experimenta la totalidad del ambiente. Todos los programas que se incorporan se formalizan mediante el concepto de ‘cajas dentro de la caja espacial’”, resume la memoria de los autores.
El jurado destaca la decisión de una envolvente espacial contenedora, la cual “enfatiza y potencia espacialmente los programas que contiene y a su vez totaliza una imagen neutral en relación a los pabellones vecinos”. Al organizar los elementos de manera independiente, se verifica la percepción completa del espacio “generando una sinergia que potencia su condición previa”.
También propone el restauro de los componentes significativos del edificio original (estructuras de hierro, cerchas de cubiertas, estructuras premoldeadas, puente grúa). Al tiempo que con tecnologías en seco (hierro, vidrio y placas de madera) desarrolla los conceptos de contraste y reversibilidad. Las plazas invernaderos se conforman a partir de un sistema de cubiertas corredizas que permite configuraciones múltiples para diversas situaciones y climas.
El miniestadio se define tomando el centro de gravedad del sistema estructural. Las tribunas desarrollan dos posibilidades: Un anillo de gradas fijas en altura (+4,50 m) y un módulo de base rectangular conteniendo gradas retráctiles. Así, permite alojar diferentes alternativas programáticas y diferentes escalas de eventos. Las áreas de apoyo se suceden en un volumen exento dentro del espacio base. «