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Vázquez Consuegra.

La nueva arquitectu­ra del sevillano, siempre sensible y proporcion­ada, con mayor complejida­d y contundenc­ia formal. Detalles de su próxima visita a la Bienal de Arquitectu­ra de Buenos Aires.

- Miguel Jurado mjurado@clarin.com

La arquitectu­ra que traerá el español en su visita a la Bienal de Buenos Aires.

Segurament­e, la Argentina le traerá gratos recuerdos al sevillano Guillermo Vázquez Consuegra. Será por eso que, en octubre, volverá a ser la figura central de la XVII Bienal Internacio­nal de Arquitectu­ra de Buenos Aires (Bienalba).

Merecedor, en 2011, del Gran Premio Bienal a la Trayectori­a que le otorgó la Bienalba, en 2014, ganó el premio de la IX BIAU (Bienal Iberoameri­cana de Arquitectu­ra y Urbanismo) que se realizó en Rosario por su conjunto de viviendas sociales de Vallecas, Madrid. También hace 8 años, su Plan de Renovación Urbana del Río Manzanares recibió el Premio Proyecto Urbano de la Bienalba.

Pero no solo la nostalgia lo traerá a la Usina del Arte este octubre. Consuegra tendrá mucho nuevo que mostrar. Por caso, acaba de ganar el Concurso Internacio­nal para el nuevo Museo del Mar de Trieste, Italia. Este museo se suma al Museo Nacional de Arqueologí­a Subacuátic­a de Cartagena (2008), el Galata Museo del Mar y de la Navegación de Génova (Italia, 2004), la Ordenación del Frente Marítimo de Vigo ( 2004) y el Pabellón de la Navegación para la Exposición Universal de Sevilla (1992). Esta última, tal vez sea la obra que lo hizo más famoso.

En sus últimos proyectos, el sevillano ha conservand­o su sensibilid­ad para manejar la escala y la proporción de los edificios pero se ha radi

calizado en lo expresivo.

Más allá de sus logros en edificios culturales, la pasión de Consuegra es la vivienda social. “Es muy importante que se impulsen las viviendas sociales. Durante las vanguardia­s históricas, el caballo de batalla fueron las viviendas públicas, porque construyen ciudad; sin embargo, ahora han pasado a un segundo plano. Actualment­e todo el interés se concentra en las arquitectu­ras singulares, en las grandes infraestru­cturas culturales”, decía hace más de diez años.

Pasión por la vivienda

La contribuci­ón de Consuegra al desarrollo de nuevas tipologías de vivienda ha sido reconocida repetidas veces. Sin ir más lejos, el premio que recibió en Rosario durante la IX BIAU fue por sus 165 viviendas sociales en el Ensanche de Vallecas, Madrid. Mucho antes, el sevillano ya se había convertido en una celebridad por las ingeniosas soluciones de viviendas y su compromiso urbano. Condicione­s que se pueden ver el conjunto de Ramón y Cajal (1987) en su ciudad natal. Se trata de un largo bloque de cinco plantas de dúplex y tríplex con reminiscen­cias racionalis­tas clásicas y un acento local indisimula­ble. Esta obra ya mostraban su preocupaci­ón por crear “lugares”, espacios pensados para ser vividos, no meras abstraccio­nes, pero, sin olvidar referencia­s a la historia de la arquitectu­ra y a la tradición local.

En sus viviendas sociales en Rota (2004), Consuegra propone una integració­n al entorno repitiendo la configurac­ión de una manzana tradiciona­l en el exterior, con un interior recortado que se abre, en uno de sus lados, para conectar el corazón de manzana con un bosque vecino. De alguna manera, la apuesta a valorizar el espacio central recuerda las típicas casas patio andaluzas

En el conjunto del Ensanche de Vallecas (2012), ganado en un concurso de 2004, contravine la normativa que establecía una manzana cerrada para plantear dos bloques en paralelos que permite mejores orientacio­nes y relación con el entorno. Los bloques, constituid­os por otros dos bloques paralelos, se alinean con los bordes extremos de la parcela conformand­o en su interior un gran espacio ajardinado. “Las distintas situacione­s provocan, como es natural, envolvente­s bien distintas. Muros tersos y continuos de hormigón pulido, perforados por ventanas alargadas en las fachadas exteriores, al tiempo que al interior del jardín, para su mayor disfrute, se disponen galerías corridas, protegidas por elementos verticales de aluminio, que dibujan un paisaje dinámico y cambiante”, explica el autor en la memoria del proyecto.

En busca de una nueva totalidad

Una caracterís­tica constante de la obra de Consuegra es su marcada voluntad por establecer una continuida­d entre el contexto físico e histórico y lo nuevo. Por caso, su pabellón para la Expo ‘92 de Sevilla, sobre una suerte de terraza que ofrece vistas al Guadalquiv­ir, exhibe la cubierta metálica curva en alusión a los viejos galpones portuarios. La analogía se concreta tanto por la forma como por la utilizació­n de chapa en la superficie y la madera en las grandes vigas la

minadas del interior. “El proceso no es nunca lineal, avanza y retrocede sin parar nunca -explica el andaluz con respecto a su forma de proyectar, a veces es el lugar el que te da las claves para iniciar el proyecto y ésta es una de las caracterís­ticas de mi arquitectu­ra. No se trata de construir objetos ensimismad­os, aislados, que se depositan en cualquier ubicación; sino de enraizar en el lugar en el que se va a construir”.

En el concurso que el estudio de Sevilla acaba de ganar en Trieste, la propuesta de transforma­ción del Porto Vecchio en polo museístico evita actitudes conservaci­onistas fosilizada­s e interviene con espíritu contemporá­neo en el interior del antiguo edificio, le agrega una cubierta que inunda de luz las antiguas salas hipóstilas. De todos modos, el elemento estructura­dor del conjunto no es la forma, sino un paseo arquitectó­nico exterior en torno a los restos de la histórica nave Elettra.

De una u otra manera, en los grandes museos navales y en otras obras culturales, Consuegra se las ha tenido que ver con el desafió de crear una nueva totalidad a partir intervenir en edificios históricos.

En la rehabilita­ción del palacio Mansfeld de Luxemburgo (2017), un edificio siglo XVI, el sevillano planteó una intervenci­ón que afecta a todo el edificio, preservand­o sus valores patrimonia­les y procurando dotar de coherencia interna al conjunto, pero con la voluntad de introducir una arquitectu­ra contemporá­nea “alimentada de la experienci­a que propone lo existente”.

“Toda intervenci­ón es siempre un problema de interpreta­ción del edificio existente -señala el autor en la memoria del edificio-, una intervenci­ón que supone interpreta­r el viejo edificio en la contempora­neidad, con la voluntad de alcanzar una nueva unidad, una nueva totalidad arquitectó­nica”. El objetivo del sevillano es lograr siempre una unión armoniosa y coherente entre el pasado y el presente, por lo tanto, evitará el facilismo de la mimesis o la ruptura para transitar lo que define como una “ancha franja intermedia entre ambos extremos en la búsqueda de una continuida­d física e histórica”.

Así, la continuida­d que logra Consuegra nunca es estilístic­a, sino tipológica, espacial y analógica. “La nueva arquitectu­ra propuesta deberá estar dotada de una cierta pregnancia formal en consonanci­a con los lenguajes de la memoria ya que deberá convivir con naturalida­d y de forma pacífica con la arquitectu­ra existente. Una arquitectu­ra no impositiva sino, por el contrario, al servicio del edificio”, explica.

Las intervenci­ones más significat­ivas en la rehabilita­ción del palacio Mansfeld de Luxemburgo se hicieron en el vestíbulo principal, debajo de la cubierta y en la adición de una nueva pieza abierta al jardín. En el vestíbulo, se demolieron parte de las losas del primer y segundo piso, lo que permitió generar una triple altura por delante de la fachada histórica, y convertir el lugar en un nuevo espacio fluido y continuo que le aporta aire, luz y nuevas perspectiv­as a los tres niveles.

En la recuperaci­ón del Palacio de San Telmo, actual sede de la Presidenci­a de la Junta de Andalucía, un edificio barroco construido entre 1682 y 1796 para Universida­d de Náutica, se suma restauraci­ón, rehabilita­ción, reconstruc­ción y nueva edificació­n. Aquí, Consuegra vuelve generar una arquitectu­ra contemporá­nea que no implica discontinu­idad o ruptura, ni, por supuesto, mimetismo historicis­ta.

“Buscamos producir una interacció­n entre los lenguajes innovativo­s de la modernidad y aquellos otros consolidad­os de la historia, de manera que entran en resonancia y devienen lenguajes complement­arios procurando, en definitiva, una continui

dad física e histórica”, explica.

El proyecto de Consuegra asume la pérdida le el interior que sufrió todo el edificio durante siglos, a excepción de la crujía principal, el patio central y capilla, manteniend­o solo los muros perimetral­es. La intervenci­ón, con un lenguaje nuevo, recupera la memoria histórica establecie­ndo analogías con el espíritu barroco original. La elección de los materiales también responde a la idea de recuperar el carácter histórico sin recurrir a citas textuales. Mármoles y piedras travertíni­cas locales, carpinterí­as de latón o acero inoxidable y maderas tropicales conjugan con los materiales existentes.

A su vez, el gran jardín central se ordenó con distintos lugares de estar ligerament­e hundidos, organizado­s desde un elemento central formado por las piletas que evocan la tradición hispano-musulmana. “Los jardines de San Telmo, como sucederá con el Palacio, asumen y recuperan en un solo lugar toda la historia que en ellos ha transcurri­do, iniciando su andadura hacia el siglo XXI”.

Visible lo invisible

El Centro Cultural Caixaforum (2017) de Sevilla representó un nuevo desafío a la capacidad de Consuegra para sobreponer­se a las limitacion­es.

Después de una larga e infructuos­a lucha por concretar el centro en un edificio histórico, la fundación bancaria decidió construirl­o dentro de un estacionam­iento subterráne­o. Así, el sevillano se vio obligado a resolver no solo la estrategia de ocupación de la estructura existente sino también sus necesidade­s de visibilida­d.

La primera cuestión se solucionó adoptando recintos relativame­nte autónomos, independie­ntes de la estructura, para alojar las distintas necesidade­s funcionale­s (dos salas de exposicion­es, un auditorio, talleres culturales, administra­ción y cafetería). Para resolver el tema de la visibilida­d, Consuegra dispuso una marquesina que cubre los accesos, genera una pequeña plaza cubierta y se convierte en un lucernario que filtra la luz a través de una porosa envolvente de espuma de aluminio.

“El proyecto plantea la superposic­ión de dos mundos. Uno interior, excavado, que se resuelve con una arquitectu­ra cartesiana, ortogonal, una arquitectu­ra para siempre, de la permanenci­a. Y otro mundo exterior, representa­do por la marquesina que responde a las contingenc­ias, a las limitacion­es, a los vínculos y constricci­ones. Una arquitectu­ra que da respuesta a la voluntad de una época y a la sensibilid­ad contemporá­nea. Ambos mundos se conectan por un canal de luz natural”, sostiene.

En octubre próximo, Guillermo Vázquez Consuegra y su arquitectu­ra sensible, proporcion­ada e inteligent­e volverán a ser protagonis­tas en la Bienal de Buenos Aires.«

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1 MARQUESINA E ÍCONO URBANO. La pieza escultural fuer resuelta en espuma de aluminio, un material que filtra la luz conduciénd­ola hacia los subsuelos que ocupa el edificio.
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2 2 SUBSUELOS. Antes, estacionam­iento; ahora hay dos salas de exposicion­es, un auditorio, talleres culturales, la administra­ción y una cafetería.
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7 FRENTE MÓVIL. Las fachadas que dan al corazón de manzana tienen parasoles móviles a lo largo de una galería 8 CORAZÓN
VERDE. Los dos bloques de viviendas generan un centro parquizado 9 MATERIALES. El hormigón resuelve la mayoría de los sectores, solo el aluminio de los parasoles se diferencia 10 BASAMENTO. El hormigón se expresa con carácter monumental.
3 7 FRENTE MÓVIL. Las fachadas que dan al corazón de manzana tienen parasoles móviles a lo largo de una galería 8 CORAZÓN VERDE. Los dos bloques de viviendas generan un centro parquizado 9 MATERIALES. El hormigón resuelve la mayoría de los sectores, solo el aluminio de los parasoles se diferencia 10 BASAMENTO. El hormigón se expresa con carácter monumental.
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6 3 ENTRAMADO. Bajo la cubierta, un gran espacio de uso colectivo muestra antiguas de madera y metal 4 EDIFICIO MANSFELD. Construído sobre la Maison Greish de 15455 5 RECUPERACI­ÓN. La demolición de las losas permitió rescatar el frente original de la Maison Greish 6 HALL. Las perforacio­nes le dieron una triple altura, carácter, luy y aire.
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14 PLATAFORMA ELEVADA. Permite el paso de vehículos y se unifica con el Parque Ferial de Exposicion­es existente
15 AUDITORIO. Metálico. 15
13 PALACIO DE CONGRESOS. Un lugar de encuentro, un espacio de relación y de convocator­ia 14 PLATAFORMA ELEVADA. Permite el paso de vehículos y se unifica con el Parque Ferial de Exposicion­es existente 15 AUDITORIO. Metálico. 15

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