COVID-19: VIENEN TIEMPOS DE REPLANTEO EN LA DISCIPLINA
Uno de nuestros invitados de esta semana en cuarentena es Alejandro Borensztein (página 18). Sin duda, un digno heredero del afilado y lúcido humor de su padre. Pero además de humorista político y productor de televisión es, como él mismo se empeña en decir, sobre todo, arquitecto. Cuenta en la entrevista que le hizo Inés Álvarez que luego de hacer sus estudios de posgrado en Estados Unidos, volvió a la Argentina en plena crisis de finales de los 80, una de las tantas crisis a las que fatalmente estamos habituados. Ésta es otra, pero lo extraordinario es que la compartimos con casi todo el planeta.
Seguramente, el efecto Coronavirus impulsará replanteos en todas las disciplinas. Y muy fuertemente en la nuestra, centrada en el hábitat. Algo de esto empiezan a plantear las notas de Carlos Lebrero, sobre las prioridades que deberán asumir las ciudades después de esta cuarentena (página 9) y la de Miguel Jurado, sobre cómo el Covid-19 convirtió en obsoletos los lugares de trabajo (página 26).
Para esta ciudad extendida, que sufre pobreza, inundaciones, ola de calor y ahora una tremenda epidemia, Lebrero propone empezar a castigar a esas acciones que eliminan los humedales, construyen barreras protectoras y de desintegración, ejercen presión sobre los espacios verdes y sobre la costa. Y “volver al barrio con calles en las que se podía jugar, a la escuela que daba todo para que podamos acceder a niveles mayores de conocimiento y a la solidaridad vecinal”.
Sin embargo, vaya paradoja, esta pandemia -aunque tal vez sea por un momento- también hizo caer muchas de nuestras más validadas y hoy políticamente correctas consignas: “la ciudad densa, como la más sustentable”, “el valor del espacio público”, los tan festejados “lugares de encuentro” o “la democratización de los lugares de trabajo de planta libre”. Jurado cuenta cómo, agudizado por este escenario pandémico, se intensificaron las críticas sobre los beneficios de la planta libre en los lugares de trabajo. Si antes se le criticaba que producían distracciones, falta de concentración, que creaban una sensación de falta de privacidad y de propiedad, aumentando el estrés; ahora se le suma que son ámbitos más proclives al contagio de enfermedades.
Mientras tanto, adhiriendo a la consigna “Yo me quedo en casa”, dedicamos la tapa de esta edición a la vivienda, desde la escala macro con conjuntos multifamiliares a la escala micro con la remodelación y actualización de una casa chorizo. La oferta incluye: un conjunto de usos múltiples de vivienda, oficinas y comercios, de KAAN Architecten en Nantes (página 10); otro de Espinet / Ubach en Barcelona (página 14); y un tercero que mezcla alta y baja densidad en Toulouse, de PPA Architectures. Para cerrar, una modesta remodelación de una casa en el barrio de Colegiales con una pequeña y sutil operación de Matías Beccar Varela que le da un nuevo ciclo de vida a una casa centenaria. Y apunta que en un planeta que se queda sin recursos y con un territorio completamente antropizado, habitar la preexistencia es el programa sustentable por excelencia.«