Exquisita.
La tipografía Confitería, lo nuevo del estudio Zkysky evoca una época.
Julieta Ulanovsky es una persistente cazadora de imágenes urbanas, una coleccionista innata de frentes de edificios, carteles y ornamentos, todos preciosos tesoros visuales que guarda en su memoria hasta que le disparan algún proyecto.
Con Valeria Dulitzky, desde su estudio de diseño Zkysky, desarrollan varias iniciativas de ineludible sello urbano. Por caso, editaron El Libro de los Colectivos y otros monográficos sobre el Barolo y el Planetario. Pero la ciudad es una cantera inagotable de inspiración para estas diseñadoras al punto que hasta inventan letras a partir de lo que encuentran en las calles porteñas.
Cuando estaba cursando su posgrado de tipografía, Julieta se enamoró de las letras que luce el Edificio Calmer, en Avenida Belgrano al 400, donde fue la última morada de Manuel Belgrano. A ese berretín se sumó la cautivante “G” del cartel original del Cine Gaumont y le fue dando vueltas hasta crear su fuente más famosa: Montserrat.
Ahora, el estudio está elaborando otra familia de letras basada en el Abasto. Pero, la tipografía que acaban de lanzar es Confitería, que también nació de un registro urbano.
“Hay una confitería que amo mucho porque decidió, hace 60 años, tener un cartel maravilloso y nunca cambiarlo. Ese cartel me da felicidad cada vez que lo veo. Es muy grande y hermoso. En términos tipográficos, es una muy linda letra script vertical. La más linda”, se entusiasma Julieta y da la primera pista de su creación.
El bar que despierta tanto amor es Saint Moritz, en la esquina de Esmeralda y Paraguay (CABA). Un cartel desmesuradamente grande repite el nombre del establecimiento sobre la calle Esmeralda y, sobre la otra calle, se anuncia el destino, la función, el uso del local, como si fuera necesario, con una cuidada letra cursiva de maestra de primario. “La tipografía evoca la belleza simple e inocente de esos lugares donde aún se usa el buen trato, la delicadeza de una carta esmerada y el cuidado para lo que será un momento de goce puro”, afirma Julieta que conoce bien el bar, va con su mamá que vive cerca y hasta festejó su cumple un septiembre con amigas y familia.
La inspiración y la necesidad de “contar cosas de la ciudad” la empujó a la acción y con la diseñadora Sol Matas, responsable conjunta de las actualizaciones de la tipografía Montserrat, desarrollaron esta fuente que definen como “de estructura geométrica conectada”.
De trazo uniforme, firme pero amable, elegante sin llegar a ser edulcorado, la fuente ya se consigue en Sudtipos, fundidora argentina de tipografías dirigida por Alejandro Paul. Claro que los tipos ya no son reproducciones metálicas, sino creaciones digitales que se pueden conseguir comprándolas o gratis, como es el caso de la Monsterrat.
El cartel fue la inspiración pero no fue todo. El trabajo de un creador de letras es arduo y sutil. La tipografía del cartel es de gruesos variables, por caso, los trazos de las letras suben finos y bajan anchos. En la fuente Confitería, el trazo es constante, tiene mejor rendimiento y los tipos ascendentes y descendentes son cortos. “Pensamos en que fuera más contemporánea. En el cartel original, la letra es más elegante, con altas y bajas más largas. La nuestra es todoterreno”.
La tipografía remite a una época imprecisa de mediados del siglo XX, cuando todavía no explotaba el pop, ya se había abandonado el clasicismo decimonónico y el racionalismo entraba en crisis. “Queríamos evocar algo del espíritu de las confiterías que hoy son demodé, ante la imposibilidad de estar ahí, en ese tiempo y lugar”, explica la autora.«