AULAS CON COMPROMISO SOCIAL Y AMBIENTAL
El arquitecto argentino Salo Levinas emigró a los EE.UU. en 1985. Y desde aquél entonces se dedicó a trabajar para la comunidad hispana, la afroamericana y los sectores más postergados. Es así que hizo innumerables edificios con destino social y escuelas públicas. Hoy presentamos la ampliación de Eagle Academy, la primera escuela pública dedicada exclusivamente a la primera infancia (pág. 12). Allí incorporó un anexo con gimnasio, pileta, biblioteca y oficinas, envueltos en una traslúcida y colorida piel de policarbonato que a Miguel Jurado le recordó la usada por Herzog & de Meuron en la escuela de danzas Laban, en Londres. También, más cercana, recuerda la intervención de Grinberg-dwek-iglesias para el Club Atlético Sefaradí Argentino en el Parque 3 de Febrero. Más allá del tema “estilístico”, lo interesante de la intervención de Levinas es que permite que gimnasio y pileta puedan funcionar para la comunidad cuando la escuela esté cerrada. Nuestro invitado de hoy no es una excepción dentro de la “raza” de arquitectos preocupados y ocupados por las cuestiones sociales. El Capba IV, por ejemplo, acaba de lanzar el Premio Estímulo 2020 que seleccionará trabajos que se destaquen por sus aportes a la “Vivienda y Ciudad en Cuarentena” (pág. 24).
También en las aulas se alienta esta responsabilidad social, que naturalmente viene acompañada con la ambiental. Con ese objetivos, el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible lanzaron un llamado a equipos de estudiantes y docentes para participar del “Concurso Nacional de Ideas Hábitats Emergentes” (pág. 10).
Otro caso de esta naturaleza se desarrolló en el Taller Mediterráneo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba. Para realizar su tesis, Candela Brizuela Montenegro y Stefanía Casarin buscaron un tema que estuviera en la agenda internacional y, sobre todo, en la nacional (pág. 10). Que a su vez, implicara una razón social, geográfica, paisajística y política. Eligieron trabajar con un proyecto de crecimiento y modernización de la Base Marambio, en la Antártida. Y como cuentan las nóveles arquitectas, con “un diseño que combina dimensiones logísticas, ambientales y programáticas, dentro de un enfoque holístico del tema energético”. Las chicas tenían que entregar el trabajo el 31 de marzo. Pero, como ha sucedido en muchas actividades y facultades, debió postergarse y hacerse en formato virtual.
Por caso, la FADU terminó a fines de mayo lo que se llamó “acompañamiento académico”. Los estudiantes ahora están en receso hasta el 18 de junio, cuando empezarán los “talleres virtuales”. Los docentes, mientras tanto, toman un curso acelerado de cómo armar las aulas virtuales. En una de las asesorías en vivo, el especialista Daniel Feldman remarcó con claridad los siguientes puntos: 1) Que los estudiantes tienen derecho a seguir estudiando; 2) Que los docentes tienen derecho a trabajar; y 3) Que la sociedad tiene el derecho a recibir arquitectos con igual nivel de calidad que en épocas de presencialidad. Pavada de compromiso.«