El futuro del habitar y el rol del arquitecto
Convocados por los neerlandeses de Unstudio, especialistas discutieron sobre los efectos del coronavirus en el modo de habitar y la disciplina como factor clave del cambio.
“Diseñamos pensando en el futuro” es el lema de Unstudio, la agencia neerlandesa de arquitectura fundada por Ben van Berkel y Caroline Bos. En esta línea, el equipo realizó un webinar el mes pasado para poner en cuestión el concepto de vivienda luego del impacto del coronavirus.
Del panel participaron el mismo Van Berkel; Jerónimo van Schendel, director de la maestría en Negocios en Arquitectura en IE Escuela de Arquitectura y Diseño; la argentina Romina Canna, radicada en España y docente de la misma institución; y Ren Yee, Jefe de Estrategia de Innovación y Pronósticos en Unstudio.
Van Berkel abrió el fuego afirmando: “Tenemos que pensar no sólo en la tipología futura del hogar, sino también en lo que han cambiado nuestras sociedades en los últimos años”, y citó como ejemplo la organización familiar, cuya constelación es muy diferente ahora en relación a décadas atrás.
Sin vueltas, Romina Canna señaló que la pandemia reveló la tremenda inequidad que vive el mundo. Ilustró su exposición con la tapa del 7 de diciembre de The Newyorker, en donde una mujer, sentada frente a la computadora de su casa, está vestida de la cintura para arriba con ropa formal, mientras que por debajo lleva un short y pantuflas. La imagen es graciosa y muestra hasta qué punto se han borrado los límites entre lo privado y lo público.
No obstante, Canna destacó el problema que trae enfocarse solo en este aspecto. “La mayoría de las conversaciones sobre nuestra realidad actual se centran en el tema específico de los adultos en sus años productivos con niños. Esto ha puesto en evidencia que estamos dejando de lado ciertos datos demográficos existentes y en crecimiento en el debate sobre la vivienda”. Para graficar su posición, la especialista expuso el drama de los migrantes que deben abandonar sus hogares por el cambio climático; y el caso de Nueva Delhi con más de 2 millones de personas en situación de calle.
Dado que se prevé que el 68% de las personas vivirán en entornos urbanos para 2050, la argentina opinó que “tenemos que empezar a pensar en quiénes son” y considerar la vivienda “no solo como una tipología, sino como una infraestructura”.
Luego de acordar con su colega, Ren Yee señaló: “Necesitamos analizar de manera integral cómo hacer que la vida sea más equitativa. Esto significa involucrar a más personas, más poblaciones, más tipos de desarrollo de modelos que permitan viviendas asequibles y con una buena calidad de vida”.
Por su parte, el hispano-colombiano Jerónimo van Schendel afirmó que pensar la vivienda del futuro es reflexionar sobre “el futuro de la vida”. Inevitablemente, la tecnología y los datos jugarán un papel preponderante en este proceso. Para Van Schendel, “incorporarlos en el diseño y la construcción de hogares y ciudades inteligentes requerirá de un equilibrio, de una entrada estratégica de la tecnología y de un modelo de colaboración muy bien enmarcado en el que el arquitecto es un actor clave”.
Como ejemplo, explicó el proyecto Brainport Smart District en la ciudad holandesa de Helmond. Aquí, Unstudio ha diseñado un plan urbano pa
ra el nuevo barrio, mientras que la filial del estudio, llamada Unsense, trabaja en un “laboratorio viviente” donde se prueba de qué manera la tecnología y los datos pueden mejorar la calidad de vida de los residentes. “El Distrito Inteligente de Brainport no es necesariamente un modelo de vivienda. Es un modelo de vida. Los cambios más profundos radican en cómo se relaciona con su inmediatez, cómo integra el valor de los datos, cómo integra o habilita el paisaje productivo, y cómo ese paisaje productivo fomenta algunas de las interacciones con los vecinos, así como una interacción más constructiva y atractiva con instituciones y empresas”, señaló van Schendel.
Van Berkel retomó la palabra para destacar la importancia de la comunidad y de tender lazos solidarios, algo que también quedó expuesto a partir del Covid-19. “Tenemos que activar a las personas social, mental y físicamente porque es la única forma en que saldremos de esta pandemia”, sugirió. En este sentido, el holandés considera que el arquitecto es más que un constructor de espacios flexibles que permitan la interacción. Para el holandés, la profesión experimentará una expansión al punto que “un arquitecto deberá ser, de una forma u otra, un científico público”.«