CON LA HISTORIA SE PROYECTA Y NO SE JUEGA
Editorial
Clase de segundo año del colegio secundario. No sé a título de qué, “La López del Carril”, porque así llamábamos a la querida profe de Castellano, nos hizo notar lo siguiente: “muchos parroquianos se acercan a las estaciones terminales de tren como paseo de fin de semana porque son puntos significativos que conectan con los lugares de origen, de procedencia”. A esta imagen me llevó rápidamente el proyecto de Concejo Deliberante y Registro Civil de General Pico, La Pampa, proyectado a partir de una preexistencia, la antigua estación de colectivo (Página 12). Sea esa u otra razón, mantener ese particular plegado con traza circular y usarlo como disparador del proyecto no debe haber sido tarea fácil para los autores del proyecto, los estudios Atelier Lange Monteagudo y Zamora Pilcic Arquitectos. Concibieron esta obra cual palimpsesto y con una estrategia compositiva collagística.
El camino inverso hizo el equipo liderado por Mariana Quiroga y Flavia Rinaldi con el conjunto patrimonial de la manzana franciscana ubicada a pasos de Plaza de Mayo (Página 16). Un enclave donde se superponen como capas 4 siglos de historia. ¡Y qué historia! Desde que Juan de Garay otorgó el predio a la orden franciscana en 1583, pasando por la Revolución de Mayo, hasta el bombardeo de la Plaza de Mayo y la quema de las iglesias en 1955. El conjunto reúne en la manzana compuesta por Alsina, Balcarce, Moreno y Defensa, la Basílica de San Francisco, la Tercera Orden Franciscana Seglar y la capilla de San Roque. En 1604, pusieron el primer ladrillo de adobe; en 1731, Blanqui empezó el templo actual bajo las normas del clasicismo francés. Tomás Toribio, en 1807, le hizo un profundo restyling con fachada neoclásica italiana. Y en 1910, la tomó el alemán Ernesto Sackman y definió casi su pinta actual: neoclásico con torres en estilo neobarroco bávaro. Según cuenta Mariana Quiroga, “algo interesante fue descubrir qué cúpula pertenecía a qué época, qué sector de la fachada era más nuevo, dónde cortaba un momento, dónde comenzaba el otro, todo eso fue un desafío para la etapa de proyecto”. La idea fue bucear en ese pasado para entender precisamente la historia del conjunto edilicio y poder dar una respuesta actual respetuosa de su rico pasado.
Los casos mencionados, tanto el proyecto para el Concejo Deliberante como la intervención en el Conjunto San Francisco, tienen una actitud valiosa frente la historia. Diametralmente distinta al atajo que pretendía el ex presidente de los EE.UU, Donald Trump para la “Promoción de una hermosa arquitectura cívica federal”, construyendo hoy edificios en estilo clásico (Página 4). Por suerte, Joe Biden lo desactivó.«