DISEÑANDO EL ESPACIO PÚBLICO
Creo que el deseo de construir y transformar la realidad lo tenemos todos y me gusta que la arquitectura nos da las herramientas para llevarlo a cabo de manera muy concreta. Además, siempre me fascinó el cambio de mirada sobre las cosas cotidianas, fruto de estos años de formación. Ya no pasan desapercibidos ciertos espacios al caminar por la ciudad”, arranca Gastón, que tiene 25 años y está a pocos exámenes de recibirse. Al igual que Magalí (25 años, recién recibida), su actual trabajo tiene relación con el diseño del espacio público. Y ambos incursionan en la fotografía como medio de expresión.
“Lo que más me gusta de la arquitectura son las posibilidades que ofrece y la capacidad de generar un impacto positivo en la calidad de vida de las personas, ya sea con intervenciones pequeñas en una vivienda o grandes, a escala urbana”, destaca Magalí, quien desde pequeña pensaba en los lugares que conocía y cómo podía mejorarlos. En los próximos años, cuenta que le gustaría poder seguir formándose en la profesión y consolidar un camino relacionado al urbanismo. Gastón también tiene objetivos claros: “Tengo ganas de aplicar los conocimientos y las experiencias que fui ganando durante estos años en la facultad. Me imagino siempre buscando contribuir desde la arquitectura a la mejora y la transformación de las problemáticas sociales”.