Casas mellizas que, hacia afuera, parecen una sola
Los arquitectos Alan Stadlin, Julián Laplacette y Federico Menéndez, de Pacto Estudio, utilizaron la luz, la vegetación y el agua como parte de un todo en el diseño de viviendas para dos hermanos.
Uno de los objetivos planteados a la hora de proyectar las casas mellizas, denominadas Casas UNO, fue utilizar los recursos que da la naturaleza como materiales determinantes para el proyecto, tanto en los interiores como en los exteriores de las casas.
En función de esto, los arquitectos Alan Stadlin, Julián Laplacette y Federico Menéndez, de Pacto Estudio, a cargo del proyecto y dirección de obra, utilizaron la luz, la vegetación y el agua como parte de un todo.
“Diseñar el vacío fue lo que nos remarcó por dónde y cómo ingresaría la luz, dándonos como resultado las aberturas en el sólido que sirven como pantalla para reflejar las sombras de la vegetación. Junto con volúmenes puros, espacios amplios y el mobiliario justo generar estos espacios únicos para dos casas que son una”, comentan los arquitectos.
Además, cuentan cómo surgió el pedido. “Queremos unas casas mellizas, dijeron dos hermanos al arrancar el proyecto. Aunque sonaba algo trillado y algo inquietante, con esa premisa nos pusimos a trabajar”.
El desafío fue hacer dos casas mellizas puertas para adentro y una única casa hacia afuera. Así, buscaron diferenciarse de esta tipología que fue un boom en los últimos años en el emprendimiento.
Como los hermanos son muy distintos entre sí, imaginaban casas totalmente contrapuestas. Sin embargo, los une la familia y las mismas necesidades a satisfacer.
Uno de los hermanos es más extrovertido y el otro, más introvertido. “Acá vimos una oportunidad, esas diferencias de personalidad nos permitieron trabajar las casas de maneras distintas pero siempre, buscando el equilibrio y esta homogeneidad exterior que no se expresa en su interior”, describen los autores.
“Uno buscaba una casa totalmente vinculada al exterior. El otro, todo lo contrario, una que sea lo más cerrada y privada posible, donde el único vínculo directo con el exterior fuera el contrafrente que da al jardín, con la galería como diafragma”, dicen.
Sin embargo, había algo en lo que ambos estaban de acuerdo: el programa de necesidades conformado por una planta baja pública amplia y flexible para poder recibir a la familia y amigos, todo integrado, living, comedor, cocina. En la planta alta, en tanto, hay tres dormitorios y dos baños.
Otro desafío fue resolver el “corazón” de las casas. Esta búsqueda llevó a elegir una estructura de casetonados de hormigón, que permitió alivianar las losas, tener luces más grandes y lograr plantas bajas amplias, flexibles y libres de columnas.
Esta estructura queda desnuda en las galerías, utilizando cada casetón para resolver la iluminación de ese sector, por las noches, y generar una imagen limpia a la vista.
En cuanto a la volumetría de la obra, se puede ver este mismo juego de puntos contrapuestos, un volumen puro con aristas bien definidas, tanto desde su forma como de su materialidad, sobre un volumen que contrasta desde su materialidad y color, representada por ladrillos grises, utilizados de manera vertical.
En fachada, el volumen superior genera un voladizo semicubierto sobre el acceso, generando una situación intermedia y de resguardo antes de ingresar a una de las casas. Este gran muro ciego genera un juego de luces naturales, tanto en el interior como en el exterior, y exacerba este espacio donde todas las materialidades, incluyendo la vegetación y el cielo, se encuentran para estimular todos los sentidos.
Hacia el contrafrente, estos volúmenes se desmaterializan para lograr otra relación con el exterior, y explotar el poder de la naturaleza
En cuanto al interiorismo, el protagonista principal es un gran mueble en cada planta baja que resuelve todo el bajo escalera, la cocina y los servicios. Diseñado para que se vea como una gran pared de madera, contrasta con el resto de los elementos.
Siguiendo la línea del exterior, dentro de la casa los volúmenes siguen siendo puros y se observan en este mueble y en el volumen de la isla, que es el único elemento fijo dentro de la planta baja. La diferencia en las plantas bajas de ambas casas está en la relación interior - exterior, donde una es mucho más permeable que la otra.
En cuanto las plantas altas, uno de los hermanos pretendía el cuarto principal en suite, amplio y con vista abierta a la naturaleza. El otro, un espacio de descanso con la mayor privacidad posible, donde este vacío que genera la doble altura y el plano en la fachada son de gran importancia para cumplir este objetivo. Luego hay dos dormitorios secundarios para recibir a la familia.
Volviendo al principio: usar los recursos naturales como materiales decisisivos para el proyecto fue una de las premisas del estudio de Stadlin, Laplacette y Menéndez. La luz del día junto con la vegetación y el agua conforman un todo.
Otro Norte en este proyecto de Pacto Estudio fue lograr una íntima conexión entre los espacios exteriores y la naturaleza.«