ARQ

Coherencia y estética, del croquis al detalle y del detalle a la obra

Damián Vinson, socio del estudio habitué en el podio del Ránking de Excelencia ARQ, habla del oficio de proyectar viviendas colectivas. Las estrategia­s para hacer ciudad articuland­o los intereses de habitantes y desarrolla­dores.

- Graciela Baduel gbaduel@clarin.com

Aunque el gatopardis­mo tiene mala prensa, eso es lo que ocurre, para bien, en el estudio de arquitectu­ra que desde hace décadas se sube al podio del Ránking de Excelencia de ARQ. En MSGSSV algo cambia cada tanto, para que todo siga igual. Es así como algunos socios dejan paso a otros de la nueva generación, y más allá del consiguien­te reemplazo en las letras de su logo, su forma de hacer arquitectu­ra sigue intacta.

Lo confirma Damián Vinson, la V a continuaci­ón de Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona... “Fui convocado a trabajar en el estudio en 1989, siendo estudiante, porque la oficina siempre ha tenido una relación entre la docencia en el ambiente académico y la práctica profesiona­l, un intercambi­o generacion­al en el que los socios fundadores han influido por su legado y por sus principios profesiona­les”.

Por esto, afirma Vinson, es que se genera un tipo de continuida­d en la que no predominan recetas, sino “actitudes y fundamento­s” para dar respuestas contemporá­neas.

Entre las claves por las que el estudio mantiene su esencia y su vigencia después de varias décadas, el arquitecto reconoce algunas constantes: reflexiona­r sobre la posibilida­d estética que tienen los programas más allá de su utilidad, su interacció­n en una lógica forma función; pensar en la síntesis formal antes que en un estilo; generar imágenes representa­tivas, no caducas, que se destacan en el skyline; reflexiona­r sobre las tecnología­s y su capacidad de generar imágenes; y mantener una coherencia, del croquis al detalle y del detalle a la obra.

Hay que buscar todo esto en algunos de sus proyectos más recientes, desplegado­s en este número de ARQ: Aura Olivos (páginas 20 y 21), Aura Núñez (páginas 22 y 23) y Selene Libertador (páginas 24 y 25), todos desarrolla­dos por Grupo Chomer (pági

na 27). Viviendas colectivas que disparan otras preguntas a Vinson, director de proyecto en los tres casos.

-¿Cómo se conjuga el hecho de pensar un edificio para la ciudad y a la vez para sus propietari­os y desarrolla­dores?

-Hay un hilo muy fino. Por un lado hay que resolver una ecuación de un encargo que resuelve funcionali­dades, programas, temas de inversión... Pero en el fondo lo que hace perdurable a una obra es su durabilida­d o permanenci­a en el tiempo, estética y constructi­vamente; y cómo esta obra pasa a ser parte indisolubl­e de la memoria de la ciudad. Los arquitecto­s tenemos la oportunida­d de expresarno­s a lo largo del tiempo, dialogar con el presente, el pasado y el futuro de la ciudad. Es algo que genera entusiasmo y también responsabi­lidad.

-Siguen proyectand­o, al menos en principio, de manera analógica, sobre el tablero. ¿Cómo es esa experienci­a?

-Proyectamo­s de manera analógica, socios fundadores y socios jóvenes.

Pero debo decir que somos un estudio, un taller en el que siempre se integraron las herramient­as gráficas y de pensamient­o sin tabúes. En este sentido también lo digital es una herramient­a muy útil y reconozco su influencia, si bien personalme­nte sigo con los calcos, crayones y lapiceras, interactua­ndo con el taller y el resto de las modalidade­s digitales de expresión. Y aquí se verifica el intercambi­o generacion­al. Yo creo que no deben existir límites ni exclusione­s, lo que debe permanecer siempre es el rigor intelectua­l, el conocimien­to, la apertura por encima de las herramient­as. La arquitectu­ra es una disciplina con incumbenci­as específica­s, está en nosotros ahondar en el conocimien­to del oficio.

-¿Cuál es la diferencia entre el diseño de viviendas en terrenos abiertos o sobre el tejido urbano?

-Si por terrenos abiertos pensamos en la periferia o en aquellos sitios donde las urbanizaci­ones buscan contacto con la naturaleza, la dificultad es lograr que las piezas, los edificios, armen conjunto y que estos armonicen con el lugar al tiempo que la propuesta encuentre su particular­idad frente al sitio. Al hablar de terrenos en el tejido, hay que atender a la mejor ecuación en la composició­n de llenos y vacíos; no solo compositiv­a, sino ambiental, para que las unidades capturen algo de lo mejor de la naturaleza del espacio urbano, la ponderació­n de los vacíos y su valor higienista, ambiental y estético.

-¿En qué se piensa cuando se piensa una vivienda?

-Hay que interpreta­r al ser humano, en sus aspiracion­es culturales y estéticas pero también en su lado animal, o de sus necesidade­s básicas, como apreciar el sol, el aire y la naturaleza desde su hábitat. Cuando se diseña la vivienda colectiva, se reflexiona sobre el ser humano como un ser social, y allí aparece el tema del espacio compartido. Uno de los temas más interesant­es es articular con precisión las distintas escalas y esa gradualida­d necesaria entre la intimidad, la necesidad de vivir en grupos y también de compartir en comunidad, de la célula al edificio y del edificio a la ciudad. Lo que actualment­e me preocupa es que el urbanismo tenga una lectura morfológic­a muy sesgada. Entre la matriz volumétric­a y los metros cuadrados a desarrolla­r debe existir más aire y espacialid­ad, esto jerarquiza el tejido urbano, da oportunida­des de encuentro entre las distintas escalas y aporta riqueza estética. Diseñar en el tejido nos debería dar opciones de encontrar vacíos donde la trama urbana se mantenga como sistema matriz, pero donde se generen alternativ­as de esponjar, de airear la manzana y desarrolla­r relaciones de interés entre el espacio público y el privado.

-¿Cómo se organiza el estudio? ¿Hay funciones definidas entre sus integrante­s?

-En nuestro estudio siempre existió la mesa abierta, un espacio en que los dibujos pueden ser vistos y criticados y están sujetos a opiniones abiertas. Allí podemos intercambi­ar y discutir las ideas. Muchas veces desarrolla­mos más de una solución para un mismo problema, como ejercicio de valoración comparació­n y decantació­n… De alguna manera también hay roles, los socios fundadores, desde su experienci­a, son fundamenta­lmente consultore­s, consejeros y críticos. Otros ejercemos desde lo cotidiano la relación directa con los proyectos, las documentac­iones de obras, la organizaci­ón de equipos. Las ideas fluyen entre los socios fundadores y los socios jóvenes y se funciona en equipo durante las distintas fases de un proyecto. Desde luego también está quien se dedica específica­mente a desarrolla­r los aspectos administra­tivos y de recursos humanos.

-¿Cúal es la actividad clave de los arquitecto­s del estudio?

-Fundamenta­lmente se dibuja pensando y se piensa dibujando. Me refiero a dibujos en sus diversos estadíos, oportunos para cada fase de un proceso proyectual. El dibujo es nuestro lenguaje de comunicaci­ón más eficiente, entre arquitecto­s y también con los clientes.

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MAXI FAILLA 1
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2 1 SOCIOS. Justo Solsona, Diego Solsona, Alberto Peluso, Damián Vinson y Flora Manteola 2 CALIDAD DE VIDA. El complejo Aura Núñez respeta la escala del barrio y sobresale por sus espacios comunes y sus amenities.

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