MILAIRES, UNA VUELTA A LA MANZANA
Cada tanto me vuelve a sorprender la idea, más bien la certeza, de que la ciudad es un invento. Que podría haber tenido muchas otras formas. Una creación artificial producto de la imaginación y la inteligencia humana. Resultado de luchas, cruce de intereses, múltiples visiones… Alguna vez recuerdo haber escuchado o leído a Juan Molina y Vedia reivindicando el Barrio Parque Los Andes de Fermín Bereterbide. Y argumentar que, luego de esa iniciativa, se había desdibujado un modelo posible y alternativo de hacer ciudad. Con una escala barrial controlada y generando sentido de vecindad y comunidad ahora por muchos declamado.
Pero esos conjuntos de Bereterbide fueron en los años ‘20 del siglo pasado. Mucho tiempo después, a fines de los’70s, irrumpió Tony Díaz junto a Baudizzone, Erbin, Lestard y Varas con una propuesta de manzanitas para el Barrio Centenario. Este conjunto levantado en Santa Fe, con inspiración en las ideas de Aldo Rossi, tuvo entre sus contras la falta de vitalidad de sus calles: los accesos a los núcleos de circulación y a las unidades de viviendas se hacían por el corazón de la manzana. Emigrado a España, Tony Díaz siguió desarrollando el modelo, mejorándolo y dándole mayor variedad y adaptabilidad a su armado. Las reformas urbanas para los Juegos Olímpicos
de Barcelona ‘92 volvieron a pensarse con tejido de manzanas. Y, sin lugar a dudas, fueron las que de alguna manera se replicaron en el trazado de Puerto Madero. Operación 1: replicaron los docks ladrilleros. Operación 2: los completaron con manzanitas: Operación 3: contrastaron ese tejido con los dos ramilletes de torres que enmarcan la Casa de Gobierno y Plaza de Mayo. Las manzanitas volvieron a aparecer en el Sur profundo: en la Villa Olímpica construida para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Pero con un planteo mucho más denso y con la idea de que no se construyeran de una sola vez. Sino que vayan reproduciendo la forma en que se va haciendo la ciudad, como una manufactura hecha por distintas manos, en el tiempo. Seguramente de este “repollo” sale el planteo de Oficina Urbana para Milaires Devoto. Por caso, Roberto Converti, uno de sus coautores de este proyecto junto con Fabio de Marco, fue presidente de la Corporación Antiguo Puerto Madero. Milaires plantea retomar la idea y las bondades de la ciudad tradicional, integrándose armoniosamente al tejido existente. Con calles enmarcadas por las fachadas de sus edificios, con espacios comunitarios y una buena proporción de espacios verdes. En medio de la metrópolis, una escala barrial adecuada.«