Un reconocimiento a la trayectoria
A modo de balance, Martín Zanotti adjudica este galardón no solo al trabajo del último tiempo sino al reconocimiento de todos sus años como arquitecto e interiorista en Argentina y en otros países. Historia de un viajero y cazador de tendencias.
“Comenzamos el año con el triunfo de licitación del Hotel Plaza, que fue absolutamente honesta y muy laboriosa, y lo terminamos con este premio”, dice Zanotti.
“Amo profundamente mi profesión y la he convertido en el eje de mi vida, por más que tengo también una lindísima familia. Dedico muchas horas a mi trabajo, siempre pensando en hacer un producto de excelencia. Por eso, este premio me emociona muchísimo”, comienza Martín Zanotti a horas de haberse erigido como máximo ganador en la categoría Diseñadores de Interior.
Para el arquitecto, que se recibió en la FADU y dio sus primeros pasos en el estudio de su padre, 2023 es un año muy particular. “Hubo un giro muy interesante y claramente los premios que ustedes catalogaron se reflejan en quiénes los ganaron. Particularmente en la terna que me tocó, considero que el segundo y tercer premio están a mi altura. Cualquiera de los tres podríamos haber estado en cualquiera de los tres lugares sin que esto generara un conflicto. Eso significa que el premio está bien elegido en el sentido de que los participantes son personas que se respetan, se valoran y están en un mismo nivel profesional. Creo que este año el premio logró un equilibrio entre las personas que estaban ternadas”, define.
A modo de balance, Zanotti adjudica este galardón no solo al trabajo del último tiempo sino al reconocimiento de su trayectoria. “Creo que hay obras que te definen, como este año haber ganado la licitación del Hotel Plaza para el diseño interior, que hizo que pasáramos a otra escala con el Grupo Alvear, por ser una obra patrimonial y tan emblemática para nuestro país. Pero también está todo lo que nos antecede”, agrega.
El discípulo de Alfred Fellinger dejó su huella en Argentina, Perú y Uruguay, en emprendimientos comerciales (como locales en Patio Bullrich o el de Barugel Azulay), hoteles (el Intercontinental y, ahora, el Plaza), viviendas unifamiliares en Puerto Madero, Belgrano, Martínez, San Isidro, Barrio Norte, Vicente López y en varios barrios privados. También, en cascos de estancias y zonas de playa, como José Ignacio, Punta del Este, Colonia o Paracas. Entre los clientes de arquitectura corporativa están las desarrolladoras IRSA y Raghsa. También trabaja para ABV.
Mostró su trabajo en muchas exposiciones y fue reconocido con las legendarias medallas de Casa FOA en cinco oportunidades. También fue curador de prestigiosas ferias de diseño y decoración.
En el estudio que lleva su nombre, ubicado en Recoleta, trabajan diez profesionales tanto en obras de arquitectura como de interiorismo. “Este premio es un incentivo para quienes integran el equipo, porque sienten que forman parte de un éxito. Nos esforzamos mucho por eso, este reconocimiento es muy gratificante y motivador”, sostiene quien se define como viajero incansable y buscador de tendencias para reinterpretarlas a la hora de crear.
“Comenzamos el año con el triunfo de la licitación del Plaza, que fue absolutamente honesta y muy laboriosa, y lo terminamos con este premio. Lo más importante y que me hizo muy feliz fue ver la alegría de mis pares cuando subí a recibirlo”.«