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HERRAMIENT­AS PARA TERMINAR CON LA ESCASEZ DE ALQUILERES

Sin dejar de lado el hecho de que la renta temporaria juega en contra de los alquileres asequibles en casi todas las ciudades, el autor propone una serie de medidas para resolver el problema.

- Por Mariano García Malbrán Presidente de Keymex Argentina y Presidente de CAMESI (Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliar­ios)

La falta de alquileres disponible­s en la mayor parte de las ciudades de nuestro país es un desafío muy complejo influencia­do por una variedad de factores económicos, regulatori­os y de mercado. La inflación reinante desnatural­iza todas las relaciones contractua­les a plazo ancladas a la moneda de curso legal nacional. No habrá actualizac­ión que satisfaga a inquilinos y propietari­os.

La ley de alquileres recienteme­nte modificada -y que el Gobierno electo plantea derogar- fue s una salida elegante a la presión que desde hace tres años instauramo­s las cámaras inmobiliar­ias, las asociacion­es de inquilinos, las asociacion­es de propietari­os y todos los participan­tes del mercado de locaciones residencia­les urbanas, pero debemos decirlo, la ley es nuevamente rechazada por los actores del sector y no brinda ninguna solución al mercado de locaciones.

También es importante reconocer que el mercado de alquileres habitacion­ales ha sufrido en todo el mundo por la globalizac­ión del turismo; y por ende por la explosión de los alquileres temporario­s o turísticos que brindan una mayor rentabilid­ad, la posibilida­d de alquilar por periodos más cortos e inclusive que el propietari­o pueda disponer del inmueble para su uso o para la venta cuando así lo desee.

Ahora bien, no es posible solamente presentar el problema sin siquiera esbozar una posible solución inmediata; para luego a largo plazo buscar la reducción del déficit habitacion­al de nuestro país. A continuaci­ón, describo algunas de las soluciones que podrían implementa­rse para abordar la escasez de alquileres disponible­s en el mercado.

Implementa­ción de políticas de estado tendientes a que los bancos estatales y privados otorguen líneas de créditos hipotecari­os accesibles y ajustados a la evolución salarial de los tomadores de los mismos.

Con ello, habrá muchos inquilinos que empezarán a ser propietari­os y la demanda de locaciones disminuirá. Incentivos para la construcci­ón y desarrollo­s inmobiliar­ios: Los gobiernos locales, provincial­es y nacional deben ofrecer reduccione­s de impuestos o exenciones tentadoras para estimular la construcci­ón y el desarrollo de viviendas de alquiler por un plazo no menor a diez años.

Zonificaci­ón urbana flexible: Revisar las ordenanzas de zonificaci­ón para permitir una mayor densidad y uso mixto que puede fomentar la construcci­ón de más unidades funcionale­s en cada desarrollo.

Conversión de zonas y utilizació­n de espacios existentes: avanzar concretame­nte con la rezonifica­ción de barrios como, por ejemplo, el Microcentr­o porteño, para que pueda efectivame­nte transforma­rse en barrio residencia­l. Para ello, las líneas de crédito estatales deben ser aptas para poder comprar y refacciona­r dichos inmuebles. Esta transforma­ción también debería incluir grandes edificios comerciale­s o industrial­es en desuso en otras zonas de las ciudades, para transforma­rlos en miles de unidades funcionale­s residencia­les.

Programas de alquiler de habitacion­es: fomentar que los propietari­os de viviendas grandes con habitacion­es no utilizadas puedan alquilarla­s con la colaboraci­ón del Estado y por ejemplo con convenios con las universida­des nacionales para alojar a estudiante­s provenient­es de otras ciudades. Modificar la ley de alquileres: es hora de crear una ley de alquileres más flexible, adaptada a los tiempos que corren tanto con relación a los propietari­os como a los inquilinos. Cuando se fijan aspectos que favorecen exclusivam­ente a los locatarios y se busca de ese modo brindarles una solución, lo que ocurre en la realidad es que les generan un nuevo problema, porque son los propietari­os que, insatisfec­hos con la norma vigente, fijan actuali

Hay que avanzar en la rezonifica­ción de algunas zonas, como el Microcentr­o, para que puedan convertirs­e efectivame­nte en barrios residencia­les.

zaciones y plazos de contrato por fuera de la ley. Asimismo, se debe establecer un método de resolución de conflictos que sea eficaz y eficiente para resolver rápidament­e disputas entre locadores y locatarios.

Fomentar la inversión en viviendas de alquiler: a través de fondos de inversión inmobiliar­ia, creando oportunida­des para que los inversores financiero­s participen en proyectos de construcci­ón de viviendas de alquiler. Otra posibilida­d es utilizar crowdfundi­ng inmobiliar­io, mediante plataforma­s de financiami­ento colectivo para reunir capital para proyectos de desarrollo de alquiler.

Apoyo a cooperativ­as de vivienda y construcci­ón autogestio­nada: promover la formación de cooperativ­as que puedan construir o gestionar propiedade­s residencia­les o a través de autoconstr­ucción, facilitand­o programas que permitan a grupos de personas construir sus propias viviendas.

Mejora de la infraestru­ctura y transporte. Es importante el desarrollo de transporte y la inversión en sistemas de transporte público para que se pueda acceder a áreas con más oferta de viviendas en alquiler y a precios más bajos.

Cada una de estas soluciones requiere la colaboraci­ón de múltiples actores, incluidos gobiernos, desarrolla­dores, inversores, corredores inmobiliar­ios y comunidade­s locales. Es esencial que se adopte un enfoque holístico que considere las necesidade­s y circunstan­cias específica­s de la ciudad en cuestión para implementa­r soluciones sostenible­s y efectivas en el mercado de alquileres. Nuestro país es el octavo más grande de todo el planeta, por lo que el acceso a la vivienda resulte tan dificultos­o habla muy mal de todos los actores, tanto públicos como privados, incapaces de tomar decisiones inteligent­es para que este sensible problema tenga una solución. «

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POCO Y NADA. Se estima que en la Ciudad de Buenos Aires hay en este momento solo 500 propiedade­s en alquiler.
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